Dark Shadow ~Severus Snape

X-mas

A eso de las seis de la tarde me metí en la bañera. Más de hora pasé en la calidez del agua tibia.

Al salir me puse un vestido que mi madre había dejado sobre mi cama. Era blanco y largo, con la parte superior de encaje.

A eso de las ocho y media, cuando empezaron a llegar los invitados, bajé.

Todas las miradas estaban puestas en mí, por lo que agaché la cabeza y no miré a nadie hasta descender el último peldaño.

A la primera persona a la que reconocí fue a James, así que fui un rato con él.

- Wow Lyra, estas... preciosa... - le di un beso en la mejilla.

- Gracias James, tú también estás muy guapo, aunque tú lo estás todos los días – pasé una mano sobre una de las solapas de su chaqueta, alisándola.

- No seas pelota.

- No pretendo serlo, solo digo la verdad.

- Si tú lo dices...

- ¿Acaso lo dudas? – le guiñé un ojo y se le subieron los colores – Me tengo que ir, luego nos vemos – dije al ver pasar a Nik por detrás de James.

Lo seguí hasta la barra de bebidas, que a esa hora estaba vacía. Llevaba unos pantalones de vestir, una camisa blanca, un chaleco burdeos y una corbata un poco más oscura que el chaleco.

- ¿No es muy temprano para comenzar a beber?

- Sé dosificar bien el alcohol – se encogió de hombros -. ¿Quieres?

- No, gracias.

- ¿Y qué haces aquí conmigo en vez de estar con cualquiera de estas personas?

- Digamos que intentar conocerte un poco mejor, supe ayer de tu identidad.

- La vida da muchas sorpresas, algunas buenas – se señaló – y otras malas – tomó un sorbo de su vaso.

- ¿En qué casa estuviste?

- Gryffindor.

- ¿Qué? – dije impactada.

- Como has oído. Por ahí viene el estirado de tu padre – señaló con la cabeza la dirección donde venía el patriarca Malfoy acompañado por Severus.

- ¿Qué hacéis ambos aquí? – preguntó mi padre.

- Contándole lo estirado que eres – dejó el vaso en la barra, se levantó de su asiento estirando la espalda y se volvió a sentar.

- Eso ella lo sabe de sobra. Lyra, ¿me acompañas a saludar a los invitados?

- Prefiero quedarme aquí un rato más – dije, aunque mi padre no parecía muy contento con la idea.

- No te preocupes – añadió Severus colocándole una mano en el hombro – yo me quedaré con ellos y les echaré un ojo.

Nikolaj soltó una carcajada.

- Recuerda que tú y yo tenemos un asunto pendiente a tratar.

- Descuida, no lo he olvidado.

Severus se sentó al lado mía, quedando yo entre ambos.

- ¿De dónde sacáis vosotros vuestro estilo? Siempre vais muy bien vestidos.

- Paso media hora pensándolo – se sinceró Nik.

- Lo primero que cojo – sentenció el mayor.

- No es justo que solo tú hagas preguntas – añadió Nik con una sonrisa que no mostraba buenas intenciones.