Quién me diría que esa persona que un día conocí como un desconocido podría despertar en mí tanto interés.
No sé en qué momento pasó, ni cómo fue que empecé a sentir aquello.
Su nombre resuena siempre como un susurro dentro de mi cabeza... Severus S...
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- Guardad vuestras varitas y sacad las plumas, la clase está por empezar - comentó la única nueva profesora que tenía en mis asignaturas.
Fred Weasley, quien estaba sentado en la banca de delante, cuando se volvió a guardar su varita me miró con mala cara y alzando su mano con el puño cerrado y el dedo pulgar apuntando hacia el suelo.
Si algo habíamos aprendido todos esos años con Snape hacer exactamente lo que te decía un profesor, sin poner la más mínima pega.
- Somos ya mayorcitos para presentarles siquiera la asignatura, así que lean directamente el primer capítulo de su libro de texto. En silencio, por favor.
- Si vamos solo a leer, entonces, ¿para qué hace falta la pluma? - comentó un alumno de Gryffindor.
- ¡La mano arriba antes hablar! - ordenó la profesora con su chillona voz. Unas milésimas de decibelios más y me habrían estallado los tímpanos.
El muchacho castaño levantó la mano tal y cómo se le había dicho, ante la atenta mirada de todos los compañeros de su propia casa y de Slytherin.
- Díganos, querido.
- ¿La pluma nos servirá para escribir o simplemente para tener las manos entretenidas, Señora?
- ¡Menuda falta de respeto! - contestó molesta la obesa mujer - Yo no soy una señora, soy una señorita. ¿A caso Dumbledore no se esmera lo suficiente en enseñaros modales?
"Claro, ¿quién querría estar con una mujer así?" se le escuchó decir a alguien en voz baja desde una esquina de la clase. Este comentario ofensivo y de pésimo gusto suscitó algunas risas entre el sector masculino.
- Si alguien tiene alguna pregunta razonable que la haga, si no comenzad a leer - un chico respondió levantando la mano.
- ¿Sí? Señor...
- Mesmer - se dio a conocer el chico de la casa de Serpientes -. Me gustaría saber qué pasará con los hechizos prácticos.
- ¿Para que los quiere? Fuera de aquí no hay necesidad de enfrentarse ni defenderse de nada.
- Pero sí es algo imprescindible para el examen del EXTASIS.
- No os preocupéis chiquillos, con todo lo que aprenderéis aquí, tendréis los conocimientos para poner en marcha cualquier hechizo si se requiriera.
- A estas alturas creo que todos sabemos que a la primera nunca suele salir un hechizo bien, por mucho que lo conozcas - le susurré a Copeland.
- Ly, dame clases - me suplicó -. Si no, no seré capaz de sacarme los EXTASIS. Al menos, no con buena nota y en esto lo necesito.
-Luego hablamos - dije mirando al frente y poniendo las manos en frente, tapando disimuladamente la boca -, la cerdita rosada mira hacia aquí - justifiqué.
