Dark Shadow ~Severus Snape

Mr. Prince

SS PdV

Los días en el castillo en vacaciones eran largos y aburridos, aunque aquello me dio para reflexionar y aclarar todas las cosas que tenía en la cabeza.

Primeramente, estaba el hecho de alejar todos los malos pensamientos de mi cabeza que me atormentan día y noche, los demonios con los que he aprendido a convivir con el paso de los años, pero que ya era hora de que se fueran.

En cierto modo Lyra me ayudaba con eso, cuando ella estaba a mi alrededor no me sentía como una escoria, pero al estar tanto tiempo sin su calor las barreras se derrumbaban.

Lyra... Ella era la segunda cosa a reflexionar. ¿La quiero? Supongo que sí.

Todo parecía tan irreal, no sé qué llegaba a ver en una persona como yo. Quizás fuera por eso que mis viejas cicatrices no terminaran de sanar, mi autoestima siempre ha estado por los suelos.

Pero no podía dejar que se desviaran el rumbo de mis pensamientos, así que retomé las reflexiones sobre Ly, lo único que me hacía volver a la realidad era el hecho de no poder estar juntos en público, aunque nunca me ha llamado la atención eso de mostrar afecto en público. Lo que sentía por ella es tan diferente de lo que siento por Lily… Tengo que admitir que amo a dos mujeres, a ambas de distinta forma, sin embargo, recibe el mismo nombre “amor”, con la diferencia de que una está muerta y por lo tanto siempre será un amor platónico y la otra simplemente está malgastando su juventud conmigo, aunque soy demasiado egoísta cómo para alejarme de ella.

No sé cuando empezaron los sentimientos, pero sí cuando me di cuenta de ellos. En ese momento solo pensaba en la diferencia de edades entre nosotros, creía que tenía sólidas barreras construida, pero al verla el verano pasado todas se vinieron abajo.

Ella siempre conseguía tocar el corazón bajo la armadura, con su simpatía, bondad, pureza, sus declaraciones… Estaba perdiendo la cabeza.

Al llegar el día 30, después de avisar a Albus de mi partida, fui a mi casa en La Hilandera para ponerme algo de ropa muggle apropiada.

LM PdV

- ¿Dónde vas? – preguntó mi padre sin mirarme.

- He vuelto a quedar.

- Está bien, diviértete.

Me alegraba no tener que mentirle, menos mal que no comenzó a hacer preguntas.

Salí de la casa y me aparecí en un callejón cerca de la entrada del parque Hyde. Al llegar pude distinguir la figura de Severus apoyada en una verja que acordonaba el parque.

Llevaba un suéter negro, donde debajo se observaba una camisa gris, y unos vaqueros, además su pelo tenía la raya un poco desplazada hacia un lado, a diferencia de en medio como de costumbre.

Al darse cuenta de mi presencia simplemente se irguió hasta ponerse de pie mientras me iba acercando.

- Buenos días – le dije con una sonrisa.

- Buenos días – respondió tendiéndome la mano –. Vamos a un sitio menos concurrido, necesitamos aparecernos – comenzamos a andar.

- ¿Qué tienes en mente?

- Comer y luego dejarnos llevar por el momento. ¿Tienes alguna preferencia?

- En absoluto.

Al llegar a una calle sin salida y tranquila me dio un escueto beso para luego aparecernos en un pestañeo. Cuando abrí los ojos me encontré en un lugar nuevo para mí.

Una fresca brisa marina soplaba y el tenue sonido de olas rompiéndose era como un susurro. El cielo estaba grisáceo y sobre el acantilado en el que estábamos se podía ver el agua y el horizonte, donde el cielo y la tierra se confunden.