Al día siguiente no había mejorado nada, es más, había empeorado.
Severus no me dejaba salir de la cama. Hasta me llevó el desayuno a esta, cosa que yo odiaba.
Por suerte, Norm siempre nota si me pasa algo y se coló justo cuando Severus salía. Aunque ahora que lo pienso, parecía como si se hubieran puesto de acuerdo para no dejarme sola.
Debería estar en la enfermería y así tener una escusa para faltar, pero si llego a salir siquiera del cuarto me esperaría de seguro una lenta y angustiosa condena por parte de Severus.
Como no podía aguantar más el aburrimiento, fui a coger una pluma y pergaminos que él siempre guardaba en su mesilla de noche, pero al abrir el primer cajón me llevé una gran sorpresa.
Tenía una foto guardada sobe los pergaminos. En ella salía él sentado de espaldas, mientras que a su lado había una chica de tez pálida/rosada (quemada, del mismo color que las gambas) con un moño desordenado sujetando su rubio cabello y dejando una libre visión de la espalda. Esa chica era yo.
Delante nuestra se veía una tranquila playa, donde el Océano Atlántico reflejaba al brillante sol con fuerzas.
No sabía quién había tomado esa foto, ni siquiera de su existencia, pero recordaba perfectamente aquel momento.
Después de pasar un rato contemplando la foto, cogí el papel y un trozo de carboncillo y me puse a dibujar para intentar relajarme un poco, aunque a veces el dolor de cabeza era tal que tenía que tumbarme en la cama y no me podía ni mover.
Para cuando llegó Severus a la hora del almuerzo había varios dibujos de Norm esparcidos por la cama.
Parecía bastante enfadado, pero conmigo habló muy calmado.
-Dentro de un rato vendrá Madame Pomfrey a revisarte. Sé que no tienes mucha confianza en ella en cuanto administración de preparados se refiere, pero hazle caso sin rechistar, aunque sea por esta vez.
-Tranquilo no tengo ganas de follón ninguno y menos discutir.
-Que pena, hoy no serás una cabezona insufrible.
-Calla idiota, que cómo me ría me duele más – dije con una sonrisa triste.
-Lo siento, solo quería subirte un poco el ánimo.
-Eso tienes que aplicarlo primeramente a tu persona.
-¿Por qué lo dices? Yo últimamente no me puedo quejar de mi estado de ánimo.
-Estas cabreado y con un genio de mil demonios, pero lo estás conteniendo por mí.
-Eso... no creía que te darías cuenta.
-Cuéntame, ¿qué ha pasado?
-No quiero agobiarte con tonterías.
-Estoy aburridísima, mataría por escuchar algo, por muy tonto que fuese.
-Está bien, si insistes tanto.
~SS PdV~
Me desperté a la misma hora de siempre, y con un peso sobre uno de mis brazos.
Al girar la cabeza me encontré con unos cabellos de color rubio ceniza y una tez pálida, más de lo normal.
La besé en la frente y me levanté con cuidado de no despertarla. Luego, me vestí y fui al aula de pociones a preparar todo la para las clases de ese día. Finalmente, subí a desayunar al Gran Comedor.
Aún estaba vacío, y en la mesa de profesores solo se encontraba el director y la subdirectora a su izquierda.
Saludé cortésmente a ambos y me senté a la derecha del anciano.
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Dark Shadow ~Severus Snape
FanficQuién me diría que esa persona que un día conocí como un desconocido podría despertar en mí tanto interés. No sé en qué momento pasó, ni cómo fue que empecé a sentir aquello. Su nombre resuena siempre como un susurro dentro de mi cabeza... Severus S...