El último día de julio pisé suelo inglés. Todos a mi alrededor hablaban inglés y mi cerebro agradecía no sentirse como un cero a la izquierda.
Tras pasar por una cafetería italiana a por un café, un manchado con caramelos y un par de rollos de canela me aparté de la multitud y saqué de mi bolsillo el traslador que me llevaría hasta Albus Dumbledore.
Tras unos minutos me transporté a lo alto de un precipicio, desde donde se veía una cala con una roca muy particular. Ni en mis más locos sueños me habría atrevido a imaginar que Dumbledore eligiera la Costa Jurásica como destino vacacional.
Miré alrededor, no fue muy difícil saber dónde tenía que ir, había una casa a unos metros de allí. Había estado allí alguna vez y juraría que aquello, al menos, no era visible.
Me acerqué a la puerta de la acogedora cabaña de madera, poco más grande que todo su despacho principal.
Tras unos minutos mi mentor abrió la puerta.
- ¡Oh! Has llegado pronto querida - se retiró hacia un lateral -. Pasa, no te cortes.
Pese a su tono jovial algo no terminaba de encajar. Parecía decaído, como si gota a gota la vida fuera resbalando de sus manos.
- Te he traído bollitos de canela y café con caramelo.
- Sabes perfectamente como doblegar a este viejo chocho – se río de sí mismo –. Siéntate en la silla, ahora mismo estaré contigo.
Me senté en una mesa de madera en la cocina. El anciano volvió con un par de posavasos y platos. Estaba demasiado entretenida mirando alrededor como para fijarme en lo que tenía delante.
- Es un lugar... Peculiar – comenté con sinceridad.
- Ya sé que no es lo tuyo Lyra.
- Bueno – metí la mano en la bolsa para sacar el contenido –, tampoco lo era un piso de 35 m2 compartido.
- ¿Qué tal ver mundo?
- Solitario.
- Yo siempre lo encontré fascinante.
- ¡Profesor! ¿Qué le ha pasado? – comenté escandalizada al ver su mano.
Algunos dedos parecían necrosados y parte de aquellas manchas se difundían a la antemano, simulando una especie de gangrena.
- ¿Esto? Cosas que pasan con la edad.
- ¡Albus! No me quieras ver por tonta. Sé reconocer una maldición. ¿Cómo te lo hiciste?
- He encontrado una parte del alma de Sorvolo.
- Severus podrá hacer algo – comenté por acto reflejo.
- Ya ha intentado todo lo existido y por haber. Esto es lo mejor que ha conseguido. Ha logrado contenerla, pero poco a poco la gangrena irá ascendiendo hasta el corazón.
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Dark Shadow ~Severus Snape
FanficQuién me diría que esa persona que un día conocí como un desconocido podría despertar en mí tanto interés. No sé en qué momento pasó, ni cómo fue que empecé a sentir aquello. Su nombre resuena siempre como un susurro dentro de mi cabeza... Severus S...