Capítulo 26: Segundas intenciones

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Por ahora todo parecía pintar bien, así que, apenas pasamos por el pórtico de la casa, un delicioso y amable perfume invadió mis fosas nasales, e hizo que quisiera respirar hondo para atragantarme con el aroma; creo saber cuál era esa fragancia; sí, la reconocería en cualquier lugar a la perfección, por lo que enseguida me llegaron las imágenes de Lili contra el sol, aunque siendo más preciso, recordaba el momento en que el alba la rodeaba cerca del cementerio unos minutos antes de besarla, e inmediatamente el siguiente pensamiento me invadió: "¡Qué afortunado me sentiría de poder volver a rosar sus labios!", no obstante, mi alegría se duplicaría si llegaba a tocar a más profundidad su carne. Sin embargo, mis pensamientos fueron detenidos cuando algo golpeó mi estómago haciendo que saliera un poco de aire de mis pulmones.

—Deja de soñar despierto Romeo, y usa eso —bajé mis orbes esmeraldas hacia la cosa con la que me golpeó Louis; aquello se trataba de un cambio de ropa. El nuevo hecho me hizo tensarme, ya que no era algo que yo había comprado antes, más bien... ¡esto estaba todo nuevo! ¿Qué significado tenía el que me hiciera tantos favores?, sé que no éramos demasiado cercanos, por lo que me preocupé.

—Oye Louis, entiendo que quieras ayudarme, pero esto me parece demasiado... —traté de sonar lo más amable posible, debido a que era verdad, no podía seguir aceptando tantas cosas de su parte; me hacía sentir mal. Sin embargo, él solo rio y me miró de una manera extraña. Tal vez yo lo había interpretado mal, no obstante, casi, casi... podría asegurar que me estaba observando de la misma manera en cómo yo miraba a Lili, y vuelvo a aclarar, esperaba que me estuviera maquinando cosas.

—No te preocupes, ya te lo dije, voy a ayudarte con mi hermana —yo entre cerré los ojos con cierta sospecha. ¿Incluso en la forma de vestirme me tendría que ayudar?, aunque no niego que Louis tenía un gusto particularmente elegante, y quizás... atractivo también, pero sacando eso, cuando se alejó aproveché para quejarme un poco de él.

—Siento como si me estuvieras consintiendo como una mujer —bajé un poco la mirada hacia la ropa, y algo curioso sucedió en ese instante, pues escuché los pasos del otro volver enseguida, y cuando menos me di cuenta ya lo tenía demasiado cerca de mí, lo cual casi me da un paro cardíaco.

—Si estás dispuesto a renunciar a mi hermana, entonces podrías considerarlo así —¡espera un poco, esto ya me causaba miedo! Pero volviendo al tema principal, al parecer me había escuchado, aunque peor aún, me había acorralado con una mano contra la pared del pasillo.

—¡No dije nada!, aparte... no sé a qué te refieres con eso —mi voz se tornó más seria y a la vez la iba disminuyendo, eso era por la impresión que me generó al tenerlo tan cerca, e intencionalmente trataba de no angustiarme, después de todo, ya tenía suficiente con Gael que había intentado matarme, ¿y ahora esto?, solo faltaba que Lili fuera trapito, y por supuesto, rezaba para que no se concretara mi idea.

—Sabes... —Louis se acercó a mi rostro al doblar su brazo en la pared, entonces ahí fue cuando verdaderamente me dieron ganas de golpearlo, sin embargo, me contuve, y simplemente me incliné de lado para evitarlo—. Yo podría ser mejor partido que mi hermana —me susurró al oído aprovechándose de que estaba mirando para un costado; esa porquería de murmullo hizo que me estremeciera, y no en el buen sentido; ahora tenía miedo de ser profanado. De todas formas, al fin reaccioné motivado por sus coqueteos, y lo empujé con las manos junto al conjunto que me había dado para alejarlo de mí, por lo que una vez hecho esto, lo señalé con el reverso de mi dedo muy firmemente.

—Has llevado tu chiste muy lejos, así que déjame decirte que te quedes con esa porquería de ropa, y que no te me acerques el resto del día —le informé, y luego lo dejé con las cosas que me había dado. En verdad... ¿que se había pensado a la hora de decirme semejantes tonterías?, aunque... ¿qué haría si realmente me hablaba en serio? La verdad es que no lo sé.

Soy un temerario mi amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora