Capítulo 34: "Mesa redonda"

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No sé cómo habíamos llegado a esto, pero el hecho era que estaba pasando. Todos nos encontrábamos en la sala principal de la casa de los Parisi; sí, exactamente en el hogar de mi bella flor. La reunión estaba conformada por Louis, Lili, Lulubel, y yo; Alan y Marco no estaban, pues gracias a Dios ellos se fueron durante el embrollo con Gael.

La cosa fue así: Lili no dejaba en paz a Louis, y Lulubel no me dejaba en paz a mí, entonces entre todos llegamos a un acuerdo; volveríamos a la casa con el motivo de charlar en conjunto los temas tanto triviales como no, y así lograríamos que ellas quedaran satisfechas. Me hubiera gustado que no lleváramos a la prima de Gael, pero Louis en cierto momento me apartó, y me dijo que estaba bien, que si ella tenía un motivo para hablar conmigo seguramente era por algo importante, eso, como para enfrentar a su familiar que deseaba matar a los que estaban presentes en el funeral, incluyendo a la mujer que decía amar. Al final, no me quedó de otra más que acceder a la petición de aquel rubio, y nos fuimos todos a la casa de los Parisi más que nada por seguridad. Mis padres serían custodiados hasta media noche por los guardias de la misma funeraria, y luego sería realizado el sepelio, el cual me perdería, aun así, no podía hacer nada al respecto, ya que nuestras vidas estaban primero.

Al llegar a mi hogar provisorio, nos reunimos todos en la sala. Lili preparó algo de té en lo que la tensión empezaba a reinar en la misma habitación, y para cuando ella volvió, ya estábamos como lo dije al principio, ahogados en una terrible e inquietante reunión.

—Bien, ¿quién desea empezar? —la inusual calma de Louis me inquietaba, aunque más lo hacía el ambiente que parecía poder ser cortado con un cuchillo.

—Hermano, deberías hacerlo tú —el tono de Lili parecía casi ejercer una orden hacia el rubio, pero éste no se vio perturbado.

—Bien, bien —le dijo a mi Ángel, y luego tomó entre sus manos la taza de té, la sopló un poco, y entonces tragó algo del contenido—. Delicioso como siempre —yo me miré con las chicas, quienes me regresaron la mirada mientras esperaban que empezara—. Querida hermana, estoy seguro de que sabes lo que está pasando.

—Bueno, una idea tengo —ella entrecerró los ojos en lo que lo observaba.

—¿En qué piensas? —le respondió él para nuevamente volver a saborear su té.

—Que tú estás metido en una especie de pandilla, al igual que papá —cuando dijo esto último, vi como Louis se ahogaba con el té y, por si fuera poco, casi lo vuelca, lo que hizo que nos preocupáramos todos por él.

—¿En verdad no lo sabe? —preguntó la chica que estaba sentada al lado de Louis, pues nuestros asientos habían sido puestos de acuerdo a mis necesidades. Por otro lado, la prima de Gael reveló tener conocimientos sobre el asunto mafioso, y bueno, ¿cómo no suponerlo?, después de todo Lulubel había detenido a su primo sin que se le moviera un pelo, lo cual significada que quizás ella estaba envuelta en esta historia también.

—No —mencionó Louis al recuperarse de su reciente ahogamiento, mientras tanto, yo me quedé callado por si las moscas—. Ella no lo sabe, después de todo, nuestra familia ha buscado proteger a mi hermana, y trató siempre de darle una vida normal —explicó.

—Pero aun así me parece impresionante que ella no lo sepa —la chica de rulos miró impactada a mi dulce flor.

—¿De qué hablan? —dijo Lili con evidente interés.

—Nuestra familia es parte de una mafia muy poderosa Lili, y tal como lo has dicho, él también pertenece a una junto a mamá —y como si fuera un Déjà vu, ella respondió lo siguiente en lo que ponía una cara de incredulidad total.

—¿Qué? —era evidente que las pruebas pudieron con su persona. Por otro lado, me preguntaba si mi dulce flor podría creer cualquier cosa viniendo de su hermano, aunque de lo que sí estoy seguro es que ese cuento que le soltaron no se lo esperaba—. ¿Estás bromeando? ¿Verdad?

Soy un temerario mi amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora