En esta tierra vivimos mil aventuras; algunas pueden ser más tópicas, y otras, más salvajes, no obstante, no dejan de ser vivencias que nos llenan de una sabiduría que nos beneficia como seres humanos o como personas extraordinarias. Hoy, para ser preciso, Davis nos había salido con algo que le faltaba el respeto a toda lógica, y bueno, para ser sincero, le creía hasta cierto punto.
—¿Una anciana? —preguntó mi amada algo desconcertada.
—Quiero saber cómo era esa señora —me apresuré a decirle.
—De acuerdo —el hermano de Gael me explicó su aspecto, e incluso, se empeñó en destacar que la mujer era muy amable, y que le sonaba de alguna parte, no obstante, no recordaba quién era. Contrariamente a él, yo ahora estaba seguro de ello; sin dudas, se trataba de la misma persona con la que me había topado unas cuantas veces en el pasado, y que también, me había ayudado en ocasiones muy puntuales.
—Yo sé... quién es —una voz extra se hizo presente, lo cual provocó que todos nos volteáramos a la dirección de donde provenía; ya era hora de que el hermano de Lili despertara.
—¡Louis! —exclamé sorprendido.
—¡Hermano! —dijo mi bella flor con alegría, y se acercó al lecho enseguida. En cuanto al resto, sólo expresaron sorpresa ante su comentario—. ¡Me alegra que estés bien, estaba muy preocupada! —la voz de Lili empezó a quebrarse, y luego rompió en llanto. Esa acción me hizo comprender que alguien puede sentir más de lo que expresa por fuera, pues sus lágrimas eran tan abundantes, que me daba a entender que su estado era delicado.
—Estoy bien, así que no llores —el rubio, acarició la mejilla de su hermana con mucho cuidado, como si tuviera miedo de quebrarla aún más y, en consecuencia, mi bella flor empezó a calmarse poco a poco hasta dejar de mojar el ambiente.
—Para ser sincero, es un alivio que estés bien —le mencioné sin pensar mientras me acercaba también.
—Lamento preocuparlos, en verdad —se disculpó.
—Oigan, yo aún estoy aquí —se quejó Davis, y Louis rio, pero no mucho debido a su estado.
—Tú no me dejas en paz ni siquiera estando medio muerto —de inmediato el pelinegro hizo sonar su lengua en señal de reproche.
—Deja de decir tonterías —le respondió ofendido.
—Sacando las bromas de por medio, ¿en verdad sabes quién es la anciana? —pregunté—. Sé que no es momento de hablar de ese tipo de cosas, aun así, me gustaría saberlo.
—No te preocupes, Dalton, es entendible después de todo lo que nos ha ayudado —se mostró muy comprensivo—. Ella en realidad es nuestra abuela, aunque falleció antes de que Lili la conociera más a fondo —aclaró él.
—¿Su abuela? —me exalté, y luego recordé la tumba—. Pero esa tumba sin nombre...
—¿Fuiste a la tumba de nuestra abuela? —se me quedó mirando interesado.
—No lo sé exactamente, pero fuimos a una tumba con Lili en nuestra primera cita—miré a mi amada, y ella me miró igualmente sorprendida.
—Esa tumba no tenía nombre —agregó ella dirigiéndose a su hermano.
—Es normal, los que somos miembros de la mafia, somos enterrados en los lugares más abandonados del cementerio, además, no nos permiten tener un epitafio ni tampoco colocar una placa con nuestro nombre, más que nada porque es para evitar cualquier cosa —aseguró.
—¿Qué es eso de "cualquier cosa"? —entre cerré los ojos extrañado.
—Pues dicen que cuando morimos, puedes cumplir un solo deseo a alguien, sea o no parte de la familia a la que perteneciste —sonrió de lado, y luego me miró con ojos acusadores—. ¿Le pediste algo a la tumba de mi abuela, Dalton?
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Soy un temerario mi amor ©
RomanceHoy es un día de verano más, un día que paseaba con mi libro, el cual actualmente no recuerdo su título, ¿pero qué importa eso?, lo importante es que la conocí. Y desde ese momento, no he dejado de seguir sus pasos arduamente. Mi amor se ha vuelto i...