Capítulo 37: "Es por mí y por ti"

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Yo realmente no comprendía a Louis, ya que parecía querer darme más problemas que soluciones, y bueno, después de todo, él había sido de cierta forma la raíz de lo acontecido, aunque no estaba del todo seguro de ello. Aun así, si lo meditaba bien, creo que Gael ya poseía tal potencial, es decir, su instinto de asesino, es por eso que no podía culparlo por completo. Sin embargo, eso no quitaba que yo ahora era parte de una mafia no deseada, y que me tendría que someter a los posibles entrenamientos que el otro pondría a mi disposición. Ahora, viéndolo desde otro punto, claro que Lili y Lulubel no se lo tomarían para nada bien, después de todo, fui integrado en contra mi voluntad.

—Sigues haciendo de las tuyas. ¿Acaso no ha sido suficiente para ti con lo que le hiciste a mi querido Dalton y a mi primo? —lo regañó con mucha severidad la rubia, y yo me quedé con una expresión de no poder creer lo que estaba ella diciendo. ¿Yo? ¿Su querido? Espera, ¿qué? Aunque para mí no pasaron desapercibidas aquellas palabras, para el resto sí.

—¡Deshazlo ahora mismo hermano! ¡No puedo permitir que sigan con estas cosas! —insistió Lili, quien me provocó angustia por no llevarle la contra a Lulubel.

—Una vez entras ya no puedes salir. Sin embargo... quizás más adelante las cosas se calmen y se pueda hacer una excepción —nos informó, y pasó entre nosotros dirigiéndose a su cuarto, por lo que los demás lo seguimos.

—¿A qué te refieres? —pregunté. Mientras tanto, las chicas no dejaban de quejarse hasta que finalmente Louis gritó.

—¡Silencio! —las muchachas enseguida se quedaron mudas por su accionar. Su proceder nos había resultado amenazante, pero más lo sentimos cuando se medio giró para vernos, y sus ojos se destacaron por su filo, e incluso, llegué a compararlos con los de Gael, así que por unos segundos lo vi reflejado en él—. Escuchen. Ustedes dos no entienden cómo es esto —les planteó y terminó de girarse haciendo unas señas con su mano; desde mi punto de vista, él se veía ya fastidiado—. Entiendan que no es nada sencillo hacer esto, además, Dalton parece comprenderlo más que ustedes —ambas se miraron con preocupación, mientras que yo suspiré.

—Es que no queremos esto, Louis —aclaró Lili algo retraída.

—No se trata de aceptarlo o no, esto es una mafia, esto es una guerra entre mafias, y Gael lo ha dado por sentado. Es por eso que no puedo retractarme, por lo menos, no ahora —nos explicó.

—Entiendo a qué te refieres —todos me miraron después de que dijera eso.

—¿En verdad estás de acuerdo con esta locura, Dalton? —exclamó alarmada Lulubel.

—Sí, y quizás esto no tenga fin si no me entrometo, después de todo, también en parte es mi culpa —le respondí.

—No es tú... —la interrumpí.

—¡No espero que lo entiendas Lulubel, así que no insistas! —le exigí, y no, no iba a cambiar de opinión; la decisión ya estaba tomada, especialmente, cuando se trataba de mi dulce flor.

—Dalton, no entiendo por qué estás haciendo esto. No es necesario que te metas más en problemas por nosotros —escuché decir eso a Lili en lo que se acercaba a mí hasta quedar justo a mi frente. Su rostro mostraba un alto nivel de preocupación, e intuí, que era por lo que les había ocurrido a mis padres, y que quizás pensaba que a mí podría pasarme lo mismo.

—No se trata de ustedes, se trata de mí —le dirigí específicamente la palabra a ella.

—¿De ti? ¿A qué te refieres con qué se trata de ti? —inclinó un poco la cabeza, lo cual me pareció algo encantador, así que mis mejillas se sonrojaron, y aunque quería parecer alguien genial, la verdad no me estaba saliendo muy bien, aunque quizás desde el punto de vista de Louis era diferente. A todo esto, simplemente tomé algo de aire con los ojos cerrados por unos segundos, para así tener el valor suficiente y continuar; no podía perderme en su belleza en este momento.

Soy un temerario mi amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora