Cuando estaba teniendo un momento intimo con mi dulce flor, nos interrumpieron unas voces que estaban cerca, y como yo mismo reconocí algunas, pensé que era mejor ir a ver de quiénes se trataban. Esta situación me recordó a un viejo dicho, el cual es muy utilizado en nuestros tiempos, y ese es que las coincidencias no existen, y que el destino está escrito. Quizás esas palabras no sean realmente negativas, es decir, siempre y cuando creamos que todo puede llegar a considerarse como una enseñanza. Sin embargo, es verdad que hay "coincidencias" que dejan mucho que desear, por lo tanto, aun cuando lo anhelamos, no podemos controlarlo todo, ya que son cosas que nunca pensamos que pudieran llegar a pasar. En este caso, detrás de aquellos arbustos, pudimos ver a mi antiguo grupo de amigos, es decir: Marco, Alan, y los demás chicos.
—Es Marco —obviamente me quedé sin aliento, pues no esperaba que pudiera encontrarlo en semejante lugar, más que nada, porque eran altas horas de la noche, y ellos no acostumbraban a salir a esos horarios.
—¿Ese es el amigo del cual me comentaste? Espera, ¿no son también los chicos que fueron al funeral? —señaló ella sutilmente con su fino dedo tanto a Marco como a Alan.
—Sí, son ellos. El que está de ese lado es Marco, y el otro de allá es Alan —le confirmé.
—¡Oh, Marco! —dijo con cierta sorpresa, pero a un nivel en el que ellos no pudieran escucharnos—. Aguarda un momento, ese chico Marco... hablé una vez con él por teléfono —¿ahora se ponía a recordar eso? Bueno, no la culpaba, pero al parecer cierta duda empezó a deambular por su mente—. Recuerdo que él dijo que yo te salvé, en ese momento lo tomé con calma y no le di mucha importancia porque ando ayudando siempre a mucha gente, pero... —bajó un poco la mirada, y se mantuvo un momento en silencio.
—Fue hace cinco años —la interrumpí.
—¿Eh?
—Sí, hace cinco años nos conocimos Lili —por fin había llegado el momento de decirle; de hacerle recordar lo que había pasado en esa época—. Yo era tan solo un niño, y es de esperarse que no lo recuerdes, aun así... yo no podría olvidar como valientemente me defendiste del depredador de Gael —le confesé.
—Hace cinco años —murmuró, y me volteó a ver con gran impacto en su rostro. Su cara parecía iluminada por lo que había dicho; ¿tanto así le había afectado? Sin embargo, de algún modo parecía feliz—. ¡Eres ese niño! —ella no pudo ocultar su emoción, y el resultado obtenido por haber subido su tono de voz, hizo que los chicos se enteraran de nuestra presencia.
—Shhhh, ¡no grites! —ella se cubrió su boca rápidamente, aunque la advertencia como su acción llegaron tarde. Nuestro descuido hizo que uno de esos muchachos se levantara para llamarnos la atención, aunque no fue cualquiera de ellos, sino que más bien, era Marco.
—¡Hey, ustedes! ¿Acaso vinieron a espiarnos? —preguntó él.
—Espera Marco —dijo Alan—. ¿No son esos Dalton y la chica que vimos en el funeral?
—¿Qué? —el otro entre cerró los ojos para poder divisarnos bien—. Tienes razón —mencionó—. ¡De todas maneras nos están espiando! ¿Por qué están aquí? ¿Nos están siguiendo para matarnos? —el grupo alarmado, también se levantó.
—¡No, nada de eso, no somos asesinos! —le aclaró Lili preocupadísima.
—¡Es verdad, nunca haríamos algo así! —apoyé la lógica de mi amada.
—¡Pero el funeral! —alegó mi antiguo amigo.
—¡Puedo explicarlo Marco! —me acerqué a ellos.
—¡No vengas! —gruñó mi contrario.
—Pero, ¿por qué? —le dije preocupado a la vez que acataba su pedido; apenas había llegado a estar a unos pasos más por delante de mi Ángel.
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Soy un temerario mi amor ©
RomanceHoy es un día de verano más, un día que paseaba con mi libro, el cual actualmente no recuerdo su título, ¿pero qué importa eso?, lo importante es que la conocí. Y desde ese momento, no he dejado de seguir sus pasos arduamente. Mi amor se ha vuelto i...