El sueño que experimentaba en aquel momento poco agraciado, fue uno que se asemejó a un ligero flash back. Pude ver cómo una foto enmarcada caía con la ligereza de una pluma hasta chocar contra el suelo, y luego, presencié al vidrio estallar cuando apenas hizo contacto con éste. Dentro del objeto ya roto, destacaba la imagen destrozada de mis padres junto a la mía, y en la misma, nuestras sonrisas empezaron a difuminarse en un fugaz destello.
—¡Ah! —desperté agitado, sudando, y también algo desconcertado, puesto que a mis alrededores había empezado una pelea que nunca antes me hubiera imaginado. Para ese momento, ya tenía el vendaje removido, y podía apreciar por primera vez el sitio en el que me encontraba; un viejo y andrajoso depósito que posteriormente fue transformado en un calabozo.
—¡Eres una perra! —gritó de repente Lulubel, quien estaba peleando con alguien en ese mismo momento.
—¡Si yo soy eso, entonces puedo decir que tú estás loca! —tomó algo de aire su contrincante, y fui testigo de cómo mi bella y futura esposa, le daba un buen golpe en el estómago a Lulubel. ¿Y yo que hice?, pues me encontraba demasiado fascinado como para poder reaccionar, y sobre todo cansado como para poder levantarme.
—¡Agh! —escupió saliva la rubia en lo que se inclinaba hacia delante abrazándose a sí misma debido a la falta de aire, y a su vez, se vio obligada a arrodillarse por el dolor, quedando así imposibilitada finalmente para luchar o hacer cualquier otra cosa.
—¡Buen golpe! —gritó alguien que estaba detrás de mi salvadora, e inmediatamente supe que era Louis.
—¡Ah! ¡Sólo fue suerte! —dijo algo nerviosa Lili, quien parecía no creer lo que había hecho, pues abría y cerraba su mano con sorpresa en lo que la miraba.
—¡Dalton! ¡Recobraste el conocimiento! —mencionó el rubio, para luego, venir a donde yo me encontraba y quitarme con facilidad las cadenas—. Lamento la tardanza, pero Gael nos hizo un poco difícil la búsqueda —aseguró él, y más tarde la vi inclinarse a Lili cerca de mí.
—¡Lo siento mucho! ¡Para cuando regresé ya no estabas! —su rostro daba pequeñas señales de querer desbordarse en lágrimas.
—No te preocupes, esto no ha sido nada para mí —intenté sonreír, pero incluso hacer ese gesto me dolía.
—Será mejor que no te esfuerces mucho —rio suavemente Louis, pues fallé y nada más mostré una mueca—. Bien, es hora de marcharnos.
Ambos asentimos, ya que era de saber que teníamos que irnos antes de que más gente llegara a importunarnos, bueno, al menos eso pensaba hasta que el trajeado de blanco me cargó. Una vez pasamos la puerta de hierro, puede ver más de una decena de hombres derrotados, o mejor dicho, asesinados.
—¿Qué pasó aquí? —pregunté algo asqueado por la escena.
—Oh, tuve que encargarme de ellos —mencionó Louis con una enorme sonrisa en el rostro.
—No mires Dalton, es horrible —dijo mi amada, quien luego se llevó una mano a la boca por la impresión.
Y así como dijo, evité mirar aquel desastre, después de todo, me daba tanta repulsión como a ella misma. Por otro lado, seguimos avanzando entre los cadáveres hasta llegar a la calle, en donde el hermano de mi dulce flor se llevaría una grata sorpresa.
—¿Qué ha pasado aquí? —preguntó algo impresionado el rubio, ya que había una Van blanca prendida fuego, y a sus alrededores... bueno, más muertos.
—¿Esto no lo hiciste tú? —pregunté poco impresionado.
—Nosotros veníamos en esa furgoneta —dijo asustada Lili al ver tal escenario.
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Soy un temerario mi amor ©
RomanceHoy es un día de verano más, un día que paseaba con mi libro, el cual actualmente no recuerdo su título, ¿pero qué importa eso?, lo importante es que la conocí. Y desde ese momento, no he dejado de seguir sus pasos arduamente. Mi amor se ha vuelto i...