Capítulo 11: Revancha

553 95 25
                                    

30 para actualizar




Clive estaba dormido.

William salió del cuarto.  Bajó las escaleras y se sentó en el viejo sillón orejero donde había tomado tantas decisiones, erróneas y acertadas.

Estaría más ilusionado con el hecho de hablar y compartir recuerdos con Stewart sin que antes tuviese que enfrentarse a algo tan duro como haber sido padre sin saberlo... y hacía tantos años. 

Era un chico adulto.  Estaba marcado.  Tenía un alfa a su lado. Y uno muy grande.

Comenzó a redactar un mensaje para Nicholas.  Iba a necesitar su asesoría para regularizar todo lo referente a ese chico.  A Isaac.



-¿Estás bien? -Declan puso la mano sobre el muslo de su prometido.

-¿Cuánto llevamos aquí?  A Harry apenas se le notaba el embarazo cuando llegamos. Y no avanzamos nada.  ¿Y si ese hombre no tiene interés en conocerme? ¿Si no acepta su paternidad? ¿Y si nunca nos casamos?

Isaac tenía el rostro lleno de lágrimas.  Solía ser un hombre contenido al que no le agradaba en absoluto no mostrarse fuerte ante los demás.

-Isaac, cálmate... eres mío, serás mi marido, pase lo que pase....

-Desde hace meses veo como la vida de todos avanza.  Se casan, tienen hijos, hasta se divorcian, incluso tenemos nueva Reina.  Y yo sigo esperando y no sé el que.  Te entregué mi virtud ya una vez.

-Queríamos esperar al matrimonio...

-¿Y si ya no quiero?  Yo también quiero avanzar.  Quiero que...  -Isaac se apoyó contra su alfa – que me hagas tuyo y que nos fuguemos y nos casemos en Escocia y...

-Cariño, ¿tienes el celo?

-Me faltan dos semanas.

-Creo que la impresión de ver a tu padre lo ha adelantado.  Tu frente está ardiendo.  Y tú... estás duro y mojado.

-Es el segundo desde que estoy aquí...

-Mi amor, ¿quieres que te deje solo o que atienda tu celo?

-No me dejes solo.  Alivia mi ansia.  Hazme el amor.  Concibamos un hijo si esa es la voluntad divina.  Pero me niego a esperar más.  No voy a esperar más.

-Hay que enviar un mensaje a tu padre...

-Encárgate de todo.  No quiero pensar en nada.  En nada que no sea en ti.  Estoy harto de que el mundo gire y viva y yo me quede sentado a un lado esperando.  Asumo mis futuras lágrimas si duele la consecuencia, pero llévame a tu casa y cuida mi celo.



Harry quitó una a una las horquillas que sostenían el peinado de Victoria.  Éste cayó sobre sus hombros.

Los hijos de Harry estaban dormidos en el mismo cuarto.

Harry comenzó a cepillárselo.

-Cuando vuelva a casarme, echaré de menos las charlas contigo -dijo.

-Te vi hablar con tu alfa.

-Dice que pidió la anulación para poder pedirme en matrimonio por amor y no por deber.

-Es una buena estrategia por su parte, pero no cedas demasiado rápido.  En el arte de la negociación y la diplomacia hay que conocer la fina línea que le da al acuerdo la perfección necesaria.

-Deberías dejar de pensar tanto en política.  Me dijiste que ibas a casarte.

-Con mi primo Alberto.  El año próximo.

-No hablas con la ilusión que deberías.

Victoria se rió.

-Hablemos de ti.  Ahora mismo podrías coquetear o incluso más con otro hombre y Zayn no podría reclamarte...

-¿Yo? ¿Con otro hombre?

-¿No te gustan las mujeres, verdad?

-No.

-Dale a tu alfa lo que se merece.  Lo que te hizo se perdona, porque somos omegas y ellos alfas.  Pero ahora mismo tienes parte del juego a tu favor.  Recuerda ser diplomático.

Harry dejó en su sitio el cepillo y se miró al espejo pensativo.

La verdad, un poco de alegría para su cuerpo no vendría mal.

Cuestiones Victorianas ||Saga Cuestiones||Zarry||Niam|| Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora