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Capítulo 40: Equipo Alfa

Este capítulo lo he escrito en el hospital mientras operan a mi madre, y no solo me he evadido, me encanta.

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Christopher estaba perdiendo el control y Steve escuchó unos murmullos por parte de los otros alfas que podían arruinar su plan.

Él era el experto en el mundo del hampa y el proxenetismo.  Que le dejasen actuar era una buena idea. 

Colocó unos billetes y les trajeron a los niños.  Sucios y con las manos atadas con un material similar al esparto y el terror en sus ojos. 

No tenían realmente ninguna confianza con ninguno de esos hombres y el miedo de ser utilizados por ellos les embargó.

Sin embargo el hombre grande y de cabello muy rubio se quitó el abrigo.  Mostró un cuerpo musculoso y grande con un ligero vello de un rubio casi invisible.

-Una vez hice un viaje a España.  Gente inteligente, refranes con un trasfondo que te deja pensando si realmente has entendido o eras tan tonto como para no darte cuenta de la cosas.  Colocó el abrigo sobre los niños – uno dice que el ladrón que mata a un ladrón tiene cien años de perdón.  En mi caso, no seré tan asesino matando a una rata cuyos niños mueren violados o carcomidos por dentro.  Todos los niños aquí están en contra de su voluntad, y todo el sector te odia.

-Si me matas, abrirán otro local.

-Pero estos niños estarán en un orfanato, sanándose de ti.  Ya tenéis permiso para acabar con todos estos depravados.  Sacad a los niños.  Yo me encargo de este hijo de puta...

-¡Equipo Alfa! -gritó Nicholas presa de una emoción incontenible.

-Tú saca a Jack y John y súbelos al carruaje -dijo Zayn.

Nicholas se quedó mirando a Zayn.  Se sacó de un bolsillo una pistola y de otro un cuchillo.  Lanzó la daga que atrapó a uno de los depravados contra la mesa y con la pistola atravesó la frente del dueño.

-Quería hacerlo yo, pero bien trabajo -dijo Steve.  – Llévemos a los niños.  Clavad a los clientes a las mesas, para cuando lleguen las fuerzas del orden.  Dejadles desnudos.  Que vean esos culos flácidos y asquerosos. 

John y Jack fueron llevados a la mansión, vivienda y a la vez lugar de proxenetismo de Steve.

-Quiero ver a su padre.

Harry corrió a abrir la puerta y se encontró a Zayn.

Supuestamente no vivían juntos pero no preguntó.

-Necesito ver a mis hijos.

Harry iba a dejarle cuando vio la sangre en su costado.

-Estás herido.

-Alguien nos disparó.  Estoy bien. 

-No estás bien, sangras mucho.  Enviaré un mensaje a Aiden. 

Corey se bajó del carruaje alquilado.  Christopher iba con él. 

Entraron al prostíbulo y Corey tuvo una desagradable sensación de sentirse en casa.

Le pidieron a Christopher que quedara fuera.  Pasó al despacho del dueño.

-Me llamo Ivan Romanov -dijo éste, olvidando sus coartadas ante aquel rostro asustado – y he pagado por sus hijos.

-Se lo devolveré.  Si es necesario, trabajaré gratis para usted.

-Esos niños y usted ya han pasado bastante.  El doctor que tengo para casos gratuitos dijo que vino el otro día.  Le violaron hace unas semanas y tenía una hemorroide sangrante que temió que fuera sífilis.  Afortunadamente no lo es.   Sé todo sobre usted.  Me he informado mientras venía.

-Quiero a mis hijos.

-Y los tendrá.  Se quedará aquí.

-¿A trabajar?

-No, cariño.  He comprado a tus hijos.  Son míos.  Estoy cansado de dormir solo y necesito un esposo.