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Niall tenía una cita esa mañana, antes de recibir a ese alfa.
Se pasó la esponja por el hombro. Eran esponjas naturales marinas traídas expresamente de Grecia.
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Liam podía tener un pasado y personalidad complicada, pero le cuidaba, le amaba y era un compañero perfecto.
Cuando había enlazado su vida con la del duque, había temido que fuese una broma de pésimo gusto o una venganza. No lo fue. Era amor. Amor real.
Pero no tardó en comprender que eran como dos fuerzas opuestas atraídas con la fuerza de una tormenta. Liam era complicado. Ya lo había supuesto, pero no había creído que tanto.
Salió de la bañera. Se secó y se aplicó polvos para suavizar la piel. Al secar sus partes íntimas noto excitación. Era probablemente una consecuencia de la posesividad que le provocaba la visita de ese Chrysler.
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Hacía dos años no habría podido procesar todo eso. Pero su matrimonio le había abierto los ojos al mundo. A los mundos dentro de los mundos. Londres era una metrópoli llena de universos propios. Y dentro de cada universo, había otro en miniatura.
Su marido era un gran experto sexualmente. No podía culparle cuando su pasado era ahora su placer.
Tomó su carruaje, más pequeño que el ducal. Iba a ir a palacio.
Le pasaron al salón principal. Victoria estaba hablando con Harry.
-¿Ya tienes todo el equipaje?
-Por supuesto. Aunque viviré en una propiedad y Zayn en otra hasta la boda.
-Me parece lo correcto. No puedes dar a entender que vas a consentir cualquier deslealtad.
-Me pediste una cita urgente -dijo Victoria -¿Algo va mal?
Niall tosió y se arrodilló. Victoria le gritó para que se levantase.
-¿Qué ocurre?
-Vengo a solicitar un favor. Tengo un amigo. Es más bien un conocido, pero me han pedido que interceda por el.
-Ya he autorizado la boda del irlandés.
-Es un chico negro, su alfa es italiano. Si concedieses la nacionalidad británica a ese chico...
-Dios, el esclavismo está siendo un problema. Muchas mujeres de la alta sociedad presumen ahora de llevar esclavos. Le concederé la nacionalidad. Sabes que puedes pedirme lo que quieras. Que venga mañana con su alfa. Le concederé doble nacionalidad .
-Crees demasiado en el amor -dijo su dama de compañía de toda la vida.
-Nunca se cree demasiado en el amor -dijo Niall con una sonrisa enorme.
Hacía sol y el bulevar comercial estaba lleno. Entró en una tienda de ropa ya confeccionada.
-Hace poco he dado a luz. Quiero una camisa con chorreras, y casaca y pantalón de lino azul oscuro.
-Le quedará perfecto.
Niall probó la ropa.
-Hay que ajustar un poco la chaqueta -La dependienta se levantó -iré por alfileres.
Niall se sentó a esperar.
Iba a ser él omega perfecto y el más seductor.
-¿No dirás nada? -Zayn observó la seriedad de Harry.
-No estamos casados. Es usted un alfa desconocido.
-Para ser desconocido, hemos tenido suerte de no estar esperando un cuarto hijo.
-Quiero volver a empezar.
Zayn abrió una pequeña caja. Sacó un anillo con un zafiro y una esmeralda.
-Harry Edward Styles. ¿Acepta este anillo como prueba de mi compromiso?
-Lo acepto. Y espero que no sea lo único que tengas preparado.
-Claro que no.
-En ese caso, espera que entre en casa y entra por la puerta de servicio en diez minutos.
