Sword and Crown 》Muke

Vingtième neuvième.

La princesa Theodere del reino de Cairns, descendió de su carruaje un tanto ansiosa y nerviosa, pues primero que todo, volvería a ver a Michael y, como segundo peso importante, estaría en contacto por fin con el joven y apuesto príncipe, Luke Hemmings I del Reino de Canberra. 

La futura mandataria debía ser sincera y afrontar que tales retratos que había visto anteriormente en las paredes de ese palacio, eran completamente reales al arte que conformaba la sola presencia de Luke. Múltiples rizos de un dorado especial, brillante, con sus ojos celestes como el cielo dominantes, que expresaban demasiado poder, además de su estatura llamativa. Las facciones del príncipe eran marcadas, donde sus mejillas y pómulos destacaban pero no tanto como su barbilla, además que su nariz eran tan respingada como si quisiera tocar el cielo cada vez que estaba al aire libre. Tenía unos ojos y una nariz relacionados con ese espacio que tanto estudiaba y le apasionaba, el cielo.

Los sirvientes del palacio detuvieron sus actividades para rendirle una reverencia a la princesa, a la vez que el rey Arthur la recibía con una sonrisa, con la reina a su lado, un poco tensa pues ella había sido testigo del nuevo plan de manipulación que su esposo deseaba ejercer en contra de su hijo, para como él manifestaba, continuar en el poder.

La reina deseaba que su hijo no renunciara a su identidad y tal mal del poder, lo dominara hasta ese horrible punto de cegarlo y manipular su entorno, tal como su padre ya lo hacía.

  —Con ustedes, la princesa Theodere del Reino de Cairns...

Luego de la presentación, no existieron más reverencias y los súbditos comenzaron a aplaudirle con gusto a la princesa, dándole la bienvenida, pero entre esos aplausos, se escuchaban fuertes pisadas acompadañas por otros un poco más lentas en velocidad.

El príncipe Luke apareció entre la multitud.

—Princesa Theodere, un gusto es tenerla en mis tierras—murmuró Luke acercándose hasta la joven que asintió gustosa por la bienvenida—. Lamento profundamente mis acciones en su reino, pero prometo que su estadía en el mío, sea algo realmente cómodo para ambos. Le entrego mis servicios...—y con aquello, tomó la delicada mano de la joven para hacerle una reverencia mientras besaba el dorso de esta.

Michael y Calum estaban realmente fuera de lugar por las actitudes del príncipe, pues como ambos sabían, Luke tenía ya un prejuicio frente a Theodere, además que conocía que en el futuro deberían casarse si es que sus planes no resultaban como esperaba. Se suponía que según las sospechas del poderoso mandatario, ella estaría consciente de este nuevo arreglo, y que por lo mismo, manipularía ciertos factores para hacer todo más fácil.

  —Acepto sus disculpas porque veo que se encuentra arrepentido príncipe Luke, por las mismas razones, estoy yo a sus servicios de igual manera.

Y la princesa se inclinó frente a Luke entregándole una leve reverencia.

Calum gruñó.

Michael se quejó, pues aún tenía esperanzas que ella no tuviese idea del plan y que todo lo que Luke hacía, era potencialmente un punto de riesgo para futuras consecuencias.