Trentième Cinquième

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  —¿Ha visto al príncipe Luke?


—En la mañana tenía su última sesión de retrato y ahora lo vi en el salón  de ceremonias, quizás aún siga ahí mi Lord—contestó la sirvienta, entregándole una reverencia a destacado hombre para luego seguir su camino.


El pelinegro de ojos verdes estaba más que confundido. Hacía dos días había compartido con Luke un momento especial, uno realmente importante para él, pero luego de este, el príncipe desapareció de la habitación y no lo vio más, ni para la cena, pues los reyes aquella tarde habían decidido acostarse temprano y cenar en la comodidad de su cuarto, por lo mismo Wyatt pensó que Luke había decidido lo mismo. A la mañana siguiente, se emocionó verlo otra vez, pero con Theodere a su lado. El rostro de Luke era completamente uno que expresaba cansancio, que estaba en una especie de crisis, el Lord se preocupó demasiado pensando que fue por él ese estado, iba a hablar con Luke cuando tan rápido como entró al salón de comidas, se fue.


No lo vio por el resto del día, ni siquiera para su almuerzo ni cena.


Aquel día había decidido si o sí ir en su búsqueda, hablar con él, preguntarle que sucedía, como estaba, si necesitaba algo, aclarar su mente como lo hacían en el Reino Unido, pero no había tenido suerte en topárselo.


Se dirigió al salón con un paso apresurado que intentaba ocultar, pero la verdad es que no era tan disimulado como él pensaba, por lo mismo los sirvientes le habrían camino con intenciones de no desatar una furia innecesaria.


 Al entrar al salón de evento, su boca se abrió por la decoración, por todo el trabajo que ahí se veía. Todo tenía rosas blancas, flores blancas, además que existían candelabros obviamente de oro que colgaban del techo. Estaban posicionando el trono del rey en el salón, donde ya estaba siendo re decorado para el príncipe Hemmings, además de ubicar el altar y los implementos del cardenal  que tendría la misión de coronar al nuevo rey de Camberra.


  —¿Ha visto al príncipe?—se volteó sobre sus talones el Lord para avistar al que reconocía como 'Ange Gardien' el guerrero que tenía su espada a un costado, además de un rostro con algunas marcas moradas por golpes.  Él también estaba buscando a Luke.


  Michael cuando recibió esa respuesta negativa agradeció y dejó libre la sirviente, para que luego su vista captara la presencia del Lord Wyatt. Sin nada que requerir y con intenciones de escapar, se volteó sobre sus talones con intenciones de ir en su búsqueda a los salones del palacio. En algún lugar el príncipe estaría haciendo alguna actividad, alguna lección o algo por el estilo.


Con un paso moderado, saludando con quienes hablaba de vez en cuando y salía puertas afuera del palacio, se dirigió a las escaleras listo para comenzar su búsqueda, hasta que en el primero escalón, escuchó el llamado del único ser viviente en ese palacio, que no lo agradaba.


—¡Ange gardien! —canturrió el Lord, haciendo que el pelinegro caballero, pusiera sus ojos en blanco antes de voltearse.


—Soy Michael, para nadie más que el príncipe soy Ange Gardien. ¿Qué necesita mi Lord?


Para más remate debía llamarlo mi Lord, cuando no lo quería ni siquiera respirando su aire.

Sword and Crown 》MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora