Quarantième Sixième.

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Cada minuto más, odiaba esa corona. Sentía que todos aquellos años de su vida, cada hora, cada segundo de preparación, fue una pérdida de tiempo, una condenada pérdida de tiempo, donde jamás pudo ser él mismo, donde lo formaron a su antojo, como era requerido y no como él quería, donde no podía darse el lujo de amar a quien él quería, donde no podía tener una relación como cualquier mortal, pues aunque quería a Michael y conocía que su decisión fue extrema, era necesaria. Él era un rey y no podía permitirse ser vulnerable para nadie.


Prefería en ese minuto ser cualquier mortal y solucionar tal problema con Michael, charlarlo con él y explicarle que no podían mezclar sus relaciones con el trabajo, pero ya veía que con cada minuto que pasaba, las palabras de Michael se volvían cada vez más reales.


Todo había terminado antes de empezar.


  Ahora se encontraba en ese despacho con la princesa a su lado, escuchando con atención al rey Thomas que finalmente le confesaría la alianza que se acordó cuando ambos eran niños, donde se deberían unir en matrimonio sin ninguna objeción, sin ningún pero pues había sido acordado por el bien de ambos reinos.


Luke observó el rostro de la princesa Theodere cuando el rey finalmente le confesó la alianza, como tal precioso y delicado rostro sufrió un brutal cambio de expresión que reflejaba el alma de la princesa. De sus ojos caían incontables lágrimas mientras exclamaba una y otra vez que no podía con aquello, que siempre intentó cumplir con expectativas rogando ser la heredera ejemplar para poder desposar a quien ella quisiera y amara, pero una vez más fue manipulada.


Luke se sentía así cada minuto de su vida. 

 

  —Rey Luke, ¿usted sabía de esto?—preguntó con voz débil la princesa y el rey movió su cabeza para despejarla de pensamientos. Suspiró y cerró sus ojos un segundo.


  —Me enteré cuando anuncié mi consagración real. Lo lamento princesa.


Y las lágrimas volvieron a atacar a la princesa. Su reacción no hizo más que afecta a Luke y destruir su mente más de lo que ya estaba.


  —¿Cuándo debemos hacer la alianza?—preguntó Luke tendiéndole uno de sus pañuelos a la princesa que lo recibió de inmediato para limpiar sus lágrimas.


—Antes que el cumpleaños de Theodere sería ideal.


Luke observó una vez más a la princesa y arrugó su ceño. Toda su vida estuvo rodeado de mujeres que lo buscaban, que lo deseaban conquistar para poder gobernar junto a él, y la princesa Theodere estaba siendo una excepción.


—Rey Thomas, agradecería mucho si nos deja solos—solicitó el rey de Camberra a lo que el rey de Cairns aceptó, dejando a los prometidos, en el despecho.


Un silencio nos envolvió.


  —Querías desposar a alguien más, ¿no es así?—preguntó  el rey con tranquilidad, esperando la respuesta obvia de la princesa.


  —Pensé que por lo menos podría elegir con quien compartir mi vida...—dijo con voz débil—. Acepto que estoy comenzando a sentir atracción y gusto por alguien, pero aquello no signifique que quiera desposarlo. Así no funcionan las cosas, solo en los cuentos de hadas te desposas con la primera persona a la que quieres...—comenzó a explicar la princesa, hipando y sollozando. Estaba desconsolada, debería mentirse a sí misma y a su reino, al igual que Luke.

Sword and Crown 》MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora