Crazy in Love, Beyoncé. Remix 2014.
Cayó en la cama gracias a los brazos de Michael y de inmediato fue atacado con su húmeda lengua en su cuello. Las grades y ásperas manos del pelinegro se aferraron a sus largas piernas mientras se posicionaba entre ellas, acariciando gustoso, tentando, logrando que la excelencia real, jadeara ansioso disfrutando del tacto.
—No puedo hacer milagros con nuestros guardias, así que silencio—susurró Michael separándose un poco de Luke para juntar sus narices. Luke asintió con rapidez, sin querer llevarle la contra y queriendo tener más de Michael, mucho más.
Michael se inclinó a los suaves labios con sabor a cereza de Luke y los besó, los besó bruscamente mientras sus manos acariciaban el torso del rubio monarca, donde sus caricias y el momento que compartían, los hacía olvidar quienes eran, sus importantes títulos y responsabilidades. Esos besos, esas caricias y esos deseos no pertenecían a un rey y un comandante en guerra, sino a dos amantes desesperados por la piel del otro.
Los ojos océanos de Luke se perdieron en el techo de sus aposentos, en esas pinturas de ángeles que lo decoraban. Él estaba completamente absorto en la sensación de los dedos de Michael rozando la piel de su pecho mientras que, con mucha paciencia, desabrochaba los botones de su camisa blanca de dormir. Mordió su labio inferior y cerró sus ojos cuando sintió la caliente respiración de Michael sobre su ombligo, y como pronto sus labios comenzaron a hacer un camino por su pálida piel, pasando por el centro de su pecho donde unos rubios y rebeldes cabellos crecían, hasta llegar a su cuello y finalizar dando una pequeña mordida, una de la que Luke no pudo evitar gemir.
—Aún no empiezo a tocarle como es debido su majestad, y ya siento que por aquí hay algo molesto—susurró Michael observando con sus ojos verdes ardientes a Luke, mientras que una de sus manos se acercaba con lentitud a la entrepierna del rey. Sus palabras fueron incluso las responsables de que el rubio abriera sus ojos azules profundos, oscuros por la excitación del momento.
—No tiente la suerte comandante, que puedo ordenarle apresurar su cometido—gruñó cuando Michael rozó finalmente la entrepierna cubierta con sus pantalones de dormir. Aquel tacto fue la mejor sensación que pudo experimentar y ni se quería imaginar cuánto más experimentaría.
—Evitemos las órdenes y que todo nazca por voluntad propia.
Las palabras de Michael se coronaron como las últimas que se emitirían en el resto de sus actos, pues al terminarlas, una de sus manos se coló con extrema rapidez, dentro de los pantalones de Luke donde de inmediato, rozó con sus dedos el duro miembro de Luke y sonrió por lo rápido que tentaba al rubio rey, por cuan ansioso se mostraba por lo que fueran a compartir, que ni él mismo sabía.
Michael cerró su mano por sobre el pene de Luke y los ojos del rey se cerraron con fuerza, concentrándose en la cálida sensación que Michael le entregaba. Sus labios se entreabrieron al mismo tiempo que el guardián comenzaba a deslizar su mano hacia arriba y abajo, ganando su objetivo. Darle placer a Luke.
A pesar que Luke estaba muy concentrado en todas las sensaciones que Michael le estaba proporcionando con su cercanía y su cálido tacto, no quería quedarse atrás en lo absoluto, no se permitiría que él hiciera todo como siempre. Su mano cargada de anillos, logró colarse hasta los pantalones de su guardián y pudo tocar la dureza que ya existía entre ellos, que seguramente él logró provocar con sus jadeos.
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Sword and Crown 》Muke
RomanceLos reyes de Camberra, el reino más importante de Oceanía, debieron pasar por muchos obstáculos para ser padres, pero cuando la reina dio a luz al príncipe Hemmings, todo fue iluminado en ese lugar lejano y aislado del mundo. La familia real estaba...