Sword and Crown 》Muke

Quarantième Seconde

A la hora de la cena, nobles y miembros de la realeza, estaban en condiciones para cenar todos juntos luego de la gran fiesta del día anterior. El rey Luke estaba demasiado distraído y comía con rapidez, intentando pasar desapercibido entre tantas personas, y mientras Michael a su lado y Theodere a su otro costado, tenían una interesante conversación frente a frente, el príncipe evitaba observar los malévolos ojos de su padre, a la vez que los inquietantes ojos de Lord Wyatt.

Necesitaba cenar, escabullirse hasta su destrozado despacho que aún estaban ordenando, y comenzar a enviar cartas, actas, a la vez de hacer copias para el Duque Calum, quien era una parte demasiado importante en su plan.

Tenía todo decidido pasaran los hechos o no.

  —¿Se encuentra bien, su majestad?—preguntó Michael, posando por fin su mirada en Luke, a la vez que Theodere hacía lo mismo porque veía la ansiedad que mostraba el rey.

  —Puedo llamar un sirviente si lo desea, su majestad—ofreció ayuda la princesa, pero Luke negó, sacando su mirada del plato que ya estaba casi vacío porque había deborado todo.

—Necesito ir a mi despacho a hacer unas actas sumamente importantes...—se excusó el rey, dándole un sorbo final a su copa para levantarse—. Tú no abuses ahora de este licor—se dirigió a Michael.

—Lo intentaré.

El rey deslizó su silla hacia atrás y el silencio dominó el salón, a la vez que todas esas personas dirigieron su mirada a la figura real más importante.

—Continúen su cena, por favor, acabo de recordar que se me olvidó hacer un importante papeleo que es necesario que salga hoy de las dependencias del palacio. Coman todo lo que deseen, beban todo lo necesario y me despediré formalmente de cada uno de ustedes mañana temprano—informó, para darse media vuelta y que aquel bullicio volviera a caer en la mesa.

Con una prisa disimulada, se hizo camino hasta su despacho, saludando a quienes conocía y avistando a Tina que estaba ayudando a la limpieza de uno de los cuartos, a quien saludó sin ninguna pizca de rabia como lo demostró en su primer encuentro.

Entró a su despacho y cerró la puerta a sus espaldas, para luego trotar y encender un par de velas que le permitieran leer y escribir. Tomó diferentes papeles en blanco y  comenzó a escribir, abriendo su libreta con las partes más importantes que había ya planeado.

Solo una persona conocía su plan al pie de la letra, mientras que otra le entregó su confianza para que dispusiera de todas sus facultades. Sir Ashton Irwin era la pieza clave de su plan  y necesitaba que todo lo acordado, comenzara a ponerse en marcha.

Olía la presión y como su padre con el rey Thomas, en cualquier minuto, lo manipularían para hacer la alianza entre el reino de Camberra y el reino de Cairns, como en cualquier momento él estaría obligado a tener un heredero, pero vale informar, que Luke no tenía interés en un matrimonio ni menos en niños. Odiaba ambas cosas.

En su mente solo existía espacio para alguien que no podría tener en su posición, ni menos en su sociedad, y por lo mismo se sentía un estúpido por querer lo único que estaba fuera de su alcance, Michael.