Sword and Crown 》Muke

Cinquantième Huitième.

—Tengo todas las grandes ideas de reinado en este cajón—murmuró Luke con una sonrisa, mientras que Ashton asentía serio ante sus instrucciones—. Al parecer el plan va a resultar.

—Que finalmente haya Michael aclarado sus sentimientos, hace que todo sea más fácil. Siempre has tenido su lealtad, pero su corazón y su amor, lo hacen perfecto para que el plan resulte. Años de palabras, de ideas, de investigación, de libros, de visitas a otros reinos, llegarán a un puerto. ¿No tienes alguna idea de cuando quieres poner todo en marcha?

  —Por supuesto debe ser antes de la boda, aún quedan casi tres meses, así que queda tiempo. Cuando todo esté listo, le diré a Michael todo el...—antes que el rey terminara de hablar, las puertas de su despacho se abren y tanto él como Ashton se ponen de pie, pero la clara molestia está expresada en el rostro del rubio monarca.— Rey Thomas, me daría mucho más gusto su visita si se anunciara antes de entrar a mi lugar de trabajo—gruñó, para luego ver las espaldas del rey vecino—. Va lo mismo para ti padre. No eres bienvenido aquí como lo es madre, creí que te lo había dejado más que claro.

El ambiente estaba tenso en el despacho de Luke, mientras este salía desde detrás de su escritorio y caminaba hasta las improvisadas visitas. Ashton comenzó a tomar sus cosas para marcharse, creyendo que era lo más adecuado dejar a las tres figuras poderosas en ese despacho.

—Lo lamento rey Luke, la emoción me ha jugado una mala pasada. Por favor Sir Ashton, no se marche. Usted es bienvenido en la conversación, incluso debo solicitar de su trabajo—habló el rey Thomas y tanto Luke como Ashton se dedicaron miradas confundidas.

—¿A qué se debe tanta emoción?—preguntó con su ceño fruncido Luke, cruzándose de brazos apoyando sus muslos en su escritorio. Su corona se inclinó hacia adelante y los rizos cubrieron su rostro. Debió, con una de sus manos, quitarlos, para luego volver a cruzarse de brazos.

—¡Adelante!—chilló el rey Thomas y la puerta se volvió a abrir, para que en el despacho del rey Luke, entrara Michael y a su lado Leonard, el comandante en guerra del reino de Cairns. Ambos se inclinaron a hacerle reverencias al rey más joven, pero al volver a erguirse, Luke pudo notar la misma confusión en el rostro de Michael.

Esto ya no le gustaba para nada.

  —Hoy hemos charlado con el rey Thomas—finalmente abrió la boca el monstruo del que era hijo y no pudo evitar gruñir un poco—. Y ambos hemos estado felices de concordar que no hay nada más que esperar. Hemos visto sus actitudes cercanas con Theodere y creemos que el mejor regalo que podemos brindarles como padres, es la organización de la boda.

Luke hizo una mueca y observó a Ashton que rascaba su barbilla sin comprender el mensaje. Para eso quedaban tres meses.

—¡Por lo mismo hemos adelantado la boda! ¡Comenzamos a organizarla y esta mañana ya la catedral del reino de Canberra a empezado a ser decorada! ¡Las campanas de boda sonarán en siete días!

La boca de Michael se abrió por la sorpresa, mientras que Luke no pudo reaccionar de otra manera más que la que conocía.

—¿¡QUÉ!?—gritó con furia golpeando su escritorio sobresaltando a los presentes, dejando una abolladura en la madera—. ¡ME HAN ARREGLADO YA CON QUIEN CONTRAIGO NUPCIAS Y AHORA APRESURAN TODO EL MALDITO PROCESO!—gritó una vez más.— ¿¡QUÉ DERECHO CREEN QUE TIENEN USTEDES DOS!?