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{Zayn}

—Oh Zayn, tú eres el maestro.

—Repítelo.

—Que tú eres el... maestro.

—Más fuerte.

— ¡Que tú eres el maldito maestro, mierda! —Gritó la chica, justo cuando ambos habíamos alcanzado el clímax.

Así es, había terminado con "la presa de la noche" justo cuando marcaban las 00:00. No suelo terminar con ellas tan temprano, pero ésta era una fácil, no me costó ni tres embestidas y ya había alcanzado lo alto. Si bien no discrimino a nadie a la hora de la acción, tengo un par o varias reglas básicas que las chicas deben cumplir:

'Debe ser rubia o al menos con el cabello claro';

'Un buen trasero';

'Que sepa gritar fuerte';

'Que jamás mencione cómo se llama'

y

'Nada de complicaciones, si es alguien fácil, mucho mejor'.

Desde que poseo uso de razón soy así, en realidad, somos así. Mis amigos también actúan de esta manera, es por eso que nos conocen por las calles de Cambridge como "The Ones Night", ya que todas las chicas saben a lo que vamos a los bares:

"Buscar con quién tener sexo cada noche".

Eso no le molesta a ellas, o al menos, nunca he recibido quejas, llantos o demandas de paternidad. Yo sé bien cómo hacer lo que hago y eso las mujeres lo disfrutan mucho.

—Zayn, eres el mejor en la cama —Habló la rubia con la que acababa de terminar de hacerlo.

—Me lo han dicho —Me encogí de hombros mientras fumaba un cigarrillo y miraba hacia el ventanal, que daba paso a una hermosa vista. Hacía un buen rato que me había despertado y la chica seguía durmiendo.

— ¿Tú crees que esto se podría repetir? —La sentí cerca de mí, y estaba en lo correcto. Depositó un pequeño beso en mi hombro, del lado izquierdo y yo la miré de reojo, riendo.

—No.

— ¿Por qué no? Sé que también lo disfrutaste Zayn —Dijo la rubia, botando la sábana con la que tenía cubierto el cuerpo.

—Porque yo sólo disfruto una noche con cada chica. Sólo fuiste "mi chica" por anoche, ahora es de día, estás comportándote más fácil que ayer y... —La miré de arriba abajo —No eres tan sensual como creí anoche.

— ¿Qué? —Dijo ella, con los ojos saliéndose un poco de su órbita

— ¿Quieres que te lo repita?

—Eres un desgraciado Zayn —Dijo ella con los ojos llorosos.

¿Iba a llorar?

No. Mierda, ese era mi pu*o punto débil, hacía que me sintiera mal al instante.

—Lo siento, sabías las reglas del juego... —No sabía cómo llamarla.

—Cam... —La interrumpí.

—No, no quiero saber tu nombre. Ahora si me disculpas, tengo muchas cosas que hacer en el día, así que te pediré de manera amable que te vayas —Me metí al baño mientras la chica me miraba atónita — Tienes media hora para salir —Y fue así como cerré la puerta.

Escuchaba a alguien quejarse, pero no le di mayor importancia. Pasó por lo menos unos quince minutos y ya estaba llegando tarde al trabajo, lo sabía. Salí de la ducha con una toalla amarrada a la cintura y sin previo aviso, Harry entró por la puerta principal del departamento, con una cara que decía...

"Admírenme, acabo de echarme un polvo magnífico".

— ¿Me vas a contar qué ocurre o qué? —Pregunté mientras buscaba el pantalón de un esmoquin.

—La chica de anoche fue... No lo sé, no tengo palabras —Se sentó en el sofá que tenía en la habitación y me miró con un brillo en los ojos.

—No me digas que quedaste flechado —Levanté una ceja y me acerqué a él.

—No hermano, pero era muy tierna —Rió para sí mismo— Me pidió que lo hiciera lento, suavecito y la noté nerviosa. Pasamos la noche juntos y al otro día, me llevó el desayuno a la cama —Rió como tonto otra vez — Fue ahí cuando decidí parar e irme, si no, me iba a terminar enamorando.

—Bien hecho, ¿estuvo bueno? —Pregunté.

—Más que bueno, de hecho, podrías hacerlo tú también con ella, si quieres —Harry levantó ambas cejas.

— ¿Es rubia? —Pregunté interesado, a lo que él negó rápidamente con la cabeza — Entonces no me interesa.

—Ay hombre, tú y tú estúpida regla —Se levantó del sofá y se acercó a mí. Tiró de la toalla que tenía enrollada en la cintura y cayó al suelo — Te espero en la sala, no te demores o llegaremos tarde al juzgado.

—Imbécil —Reí y dejé mis partes al aire libre, total, sólo era Harry.

Nos conocemos bastante bien en una situación loca en la que estuvimos cuando éramos más jóvenes, muchas chicas, droga y... cosas que no tienen sentido comentar. Finalmente me puse el esmoquin anunciado anteriormente, me lavé los dientes y salí a buscar a Styles a la sala, quién tenía puesta una cara de <caliente> mirando su celular.

— ¿No crees que estás un poco crecidito para mirar pornografía Styles? —Pregunté acercándome a él, quién estaba sentado sobre mi maletín.

—No es lo que crees —Acercó el teléfono hacia mí — No sé cómo, no recuerdo en realidad, le tomé estas fotos a la chica de anoche, sé que no aparece su cara, pero el sólo verla, me produce algo indescriptible.

—Calentura, así se llama eso indescriptible que quieres decir —Le pegué dos palmadas en su espalda y ambos reímos — Ahora mueve tu lindo trasero de mi maletín y vámonos.

—Tú mandas moreno —Y así salimos de mi departamento rumbo a un Starbucks para tomar un café antes de ir al juzgado, hoy teníamos que atender un caso realmente bueno: Un señor le reclamaba la custodia total de sus hijos a una señora, ya que ella era una adicta a las drogas que no le prestaba los cuidados necesarios a los pequeños.

Sé que soy una mierda de persona con respecto a las mujeres, pero cuando se trata de niños, que no tienen culpa de nada, puedo ser alguien con fundamentos claros para darles lo mejor a ellos. Apenas llegamos al juzgado, nos encontramos a los demás, Liam, Louis y Niall, quienes estaban acostumbrados a ir a nuestros casos, quienes éramos una sociedad conjunta llamada...

"Malik & Styles S.A."

—Dale Malik, el caso es nuestro —Me dijo Harry revisando por ultima vez los papeles — Ella no tiene ninguna oportunidad, la juez sabe que es adicta y no le importan sus hijos, ganaremos.

—Es una perra, ¿para qué tiene bebés si no se hará responsable luego? —Dije yo.

—Quizás le gustaba el sexo duro sin compromisos, así como a ti, a mí y a los chicos —Me guiñó el ojo para luego irse donde la juez y el abogado de la contraparte.

Me hizo pensar.

¿Yo también sería un mal padre cuando tuviera un bebé?

Bueno, no es algo que me importe en absoluto, pero sí que me había hecho reflexionar.

— ¡Malik! —Me gritaron tres voces, desde la parte trasera del juzgado, al instante supe que eran mis chicos — ¡Suerte!

Me hicieron un gesto que sólo nosotros entendíamos; lo hice también y les saqué la lengua alocadamente.

Era una buena cábala.

El plan de 90 días [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora