XLV

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{Zayn}

—Ya, próxima pregunta —Dije yo. Hacía varias horas veníamos jugando a <responder con la verdad> puesto que ninguno podía dormir, debido al cambio de horario.

— ¿Con quién y a qué edad fue tu primera vez? —Preguntó mi chica. Vaya, realmente no lo recordaba.

—Ehm... —Pensé por largos segundos. Ella me interrumpió.

—Vamos, no creo que sea tan complicado pensar —Rió como una pequeña niña y yo le sonreí de soslayo.

—La afortunada... —Bethany rodó los ojos— ...se llamaba Geneva, una chica tres años mayor que yo. Esto ocurrió cuando yo tenía catorce años —Dije seguro y mi chica abrió grande sus ojos. Me acerqué a ella para besar sus labios, pero aún seguía en estado de shock— ¡Quita esa expresión, me haces sentir mal!

—Deberías estarlo. O sea, no tú... si no ella. Que pu*a más grande, ¡Tenía tres años más que tú!—Negó con la cabeza y yo sólo sonreí.

— ¿Qué hay de ti, morena? —Pregunté, pero igualmente no quería saber su respuesta.

—Pues... yo perdí la mía cuando tenía dieciocho años, con... bueno con Emmanuel —Dijo suavecito. Yo abrí grande mis ojos y apreté fuertemente la mandíbula. Ella mordió su labio apenada, podía notarlo— Pero no te preocupes, puede que tú seas el mejor —Sonrió.

— ¿Puede? —Repetí, irónicamente— Me aburrí de jugar a esto, dormiré.

—Zayn, eres un tonto —Se enojó y se dio vuelta, mirando hacia la ventana.

Realmente no podía creer que el tipo que anteriormente habíamos visto en aquel hospital le hubiera robado su inocencia.

¡No podía creerlo!

O mejor dicho, no lo quería creer.

Recordaba que Niall me había dicho eso, pero lo había olvidado.

Maldit**ea.

Sin quererlo, me dormí al cabo de diez minutos, y al parecer, Bethany también.

< Zayn,

¿Dónde mierda estás?

¡Tenemos un maldito caso que atender, viejo!

¿Lo habías olvidado?

¡APARECE, MALIK!

—Harry. >

Fue la primera cosa que leí al despertar.

Traté de hacer memoria, pero no lograba recordar a quién pertenecía el caso que debíamos atender...

¡Will Stephensonn!

El arquitecto más conocido de Manchester. Ahora sí que lo tenía en mente. Ya cuando las azafatas nos indicaron que habíamos llegado a tierras europeas, traté de despertar a Bethany. Le comencé a hacer cariño en el cuello y sus brazos, ella amaba esto. A los pocos minutos, abrió sus ojos y miró a todas partes, no entendiendo nada.

— ¿Se te pasó la estup*dez? —Me miró levantando una de sus cejas y yo sonreí.

—Sí, mi amor.

El plan de 90 días [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora