XXXIII

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{Escritora}

Zayn y Bethany aún estaban durmiendo.

La chica reposaba su cabeza en el pecho de él, mientras que el chico tenía la cintura de esta, rodeada con su brazo, eso sí que era tenerla protegida. Eran algo así como las doce del día, y ninguno de los dos pensaba en despertar y levantarse, había sido una noche muy bonita para ambos. De pronto, la puerta de entrada comenzó a sonar, algo así como si estuviesen tratando de abrirla.

En efecto, varias personas comenzaron a entrar, cargadas de bolsas de supermercado.

—Mamá, ¿Estás segura de que a Zayn no le molestará que entremos así como así a su departamento? —Preguntó una chica.

La madre de Zayn negó con la cabeza, dejando las bolsas sobre el mesón de la cocina.

—Sí mamá, tú sabes que tu hijo es algo... <alocado>, ¿Cómo sabes tú que no estará encamándose con alguien? —Dijo una chica algo más grande que la anterior.

Su madre suspiró cargadamente, se frotó ambas manos y atinó a decir.

—Confío en Zayn... además, recuerden que él está de novio con Danna, creo que con la única chica que podemos esperar a verlo es con ella —Se encogió de hombros y comenzó a preparar un almuerzo para darle a su hijo.

La más pequeña de las cuatro mujeres, inspeccionó el departamento, pasando y abriendo las puertas que allí se encontraban. Estuvo a punto de abrir la puerta de la habitación de su hermano, cuando una de sus hermanas la detuvo. La pequeña obedeció, pero sólo hasta que ya no veía a quién la reprochó. Abrió aquella puerta, y lo único que hizo fue soltar un grito de susto.

— ¡Sandra, qué ocurre! —Gritó su madre, quien siguió el grito de su hija, el cual la llevó hacia la entrada de la habitación de su hijo

 ¡ZAYN! —Gritó a los cuatro vientos, cosa que el chico y su acompañante despertaran.

{Zayn}

Hacía unos diez minutos, había escuchado algunas voces provenientes del comedor y sala de estar de mi apartamento, pero luego decidí que sólo era parte del sueño y que estaba imaginando cosas.

Intenté volver a dormirme, pero ya no podía.

Bajé mi vista para ver cómo Bethany aún seguía durmiendo, y vaya que se veía hermosa. Su bonito cabello castaño revuelto, sus perfectas manos que rodeaban mi estómago, su perfecto cuerpo sólo cubierto con su ropa interior, sus pies enlazados con los míos, puesto que la noche anterior ella tenía frío, y nada, su posición era perfecta.

De pronto, un ruido me sacó de mis más profundos pensamientos, alguien abrió la puerta de mi cuarto. Me alcé un poco para ver qué ocurría; Sandra mirando dentro, con sus ojitos abiertos a más no poder. Con señas le dije que no gritara, pero la primera cosa que hizo fue gritar, y bien fuerte.

Rápidamente sentí la voz de mamá preocupada, buscando a Sandra... traté de hacer que mi hermana se fuera de la puerta, pero no la alcancé, puesto que mamá ya estaba frente a mí, con la boca abierta.

— ¡ZAYN! —Gritó más fuerte de lo que podía imaginar.

Eso hizo que Bethany despertara de golpe, un poco desentendida de lo que estaba ocurriendo.

—Mamá silencio, puedo explicártelo —Dije yo, un poco apenado.

—Gracias hijo, quiero que me expliques ahora mismo qué haces con esta chica en tu cama.

—Primero, ¿Podrías dejar de gritar? —Le pedí.

El semblante de mamá era totalmente serio, así que lo único que hizo fue asentir levemente.

El plan de 90 días [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora