XV

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{Bethany}

Había pasado casi un mes desde que Marny y yo habíamos terminado de escribir nuestro artículo titulado

<Los Dioses griegos también tienen cerebro>

José casi llora por tan perfecta redacción y decidió darnos un pequeño aumento. Las cosas en la editorial estaban un poco diferentes desde hacía mucho tiempo.

Britanny había renunciado al puesto de secretaria, dado que fue inteligente y tomó mi consejo; criaría a su hijo lejos de la mentira, lejos de los malos tratos de su ex pareja Robin y lejos de toda mierda que pudiera cruzársele.

Nos habíamos vuelto un tanto <cercanas> y me contó que se había ido a vivir a Surinam, un pequeño país en Sudamérica. Como consecuencia a la renuncia de esta, José no volvió a confiar en ninguna tipa otra vez, hacía las cosas él sólo, estaba más estresado que de costumbre, más idi**a que siempre y nos tenía a la rubia y a mí como sus <esclavas>.

No sexuales claro, eso sería asqueroso.

Marny avanzaba cada día mejor con su embarazo. Lo admito, no le tenía fe al rubio de Niall, de hecho, pensé que al primer problema que tuviera con mi amiga, la dejaría tirada y se iría a no sé dónde. Pero no fue así, de hecho, amaba más a la odiosa y antojosa de la rubia. Le cumplía todo sus caprichos, le compraba ropa al bebé, y aunque suene un poco apresurado, se habían ido a vivir juntos.

Sí, extraño.

En cuanto a Zayn y yo... estábamos igual que siempre. Él siempre aprovechaba cada oportunidad para poder besarme, pero yo siempre lo paraba, él se enojaba, me gritaba, le gritaba, me enojaba y luego él iba a pedirme perdón.

Sí, lo tenía en la palma de mi mano.

Su amigo Harry se burlaba siempre de él, que estaba comenzando a ser un <mandilon>, pero mi moreno no lo tomaba en cuenta. Había intentado contarle a mamá sobre mi situación amorosa, pero luego me arrepentía y no le decía nada.

Mi relación con Pam iba cada día mejor.

Debido a que Marny estaba preocupada de su quinto mes de embarazo y pasaba cada tarde con Niall, yo me iba con Pam casi todas las tardes al café en que Zayn le había pegado al mozo. Él me había pedido perdón por su mal comportamiento, y mi amiga se me quedó mirando con asombro.

—Vale, cuéntame ahora mismo qué ocurrió —Dijo ella, con una sonrisa en su rostro.

—Es deprimente, mejor no —Me sonrojé un poco. Ella me pegó una patada por debajo de la mesa y me instó a contarle— Bien, bien. Hace un mes vine aquí con Zayn... —Bromeó poniendo caras— ... a tomar el desayuno y a que yo le hiciera las preguntas para mi artículo —Me interrumpió.

—UUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUH — Gritó como loca.

—Bien —La miré feo, levantando una ceja— La cosa es que yo andaba vestida con una blusa blanca semi-transparente y me coloqué un brassiere negro... —Nuevamente me interrumpió.

— ¡LO HICISTE A PROPÓSITO! Esa es una vieja táctica, yo también la he hecho —Me apuntó con su dedo índice y levantó sus cejas varias veces.

—Ehm no, no lo hice a propósito —Dije calmada, pero ya me estaba sacando de quicio—Prosigo... La cosa es que éste mozo que me vino a pedir perdón, se pasó de listo y me empezó a mirar aquí —Apunté a mi busto, y Pam me interrumpió de nuevo.

— ¡Pero es que cómo no mirarte ahí si están más grandes que dos sandías juntas! —Rió como loca y listo, ya me había agotado la paciencia.

— ¡No te cuento ni una cosa más! —Le grité y luego me crucé de brazos,

<Haciéndome la indiferente>.

{Zayn}

Hoy había sido un día ocupado.

Tuve que ir al juzgado a presentar los papeles de mi nueva clienta, debido a que quería demandar a su actual pareja para que le diera el divorcio, luego tuve una cita con el joyero, después tenía que hacerme el chequeo médico mensual, más tarde pasar a comprar la despensa para llenar la alacena, y finalmente, estuve libre para regresar a mi departamento.

Me era extraño el no haber recibido ninguna llamada o mensaje de Bethany. Mie**a, también me era extraño el pasar gran parte de día pensando en ella. No quería, realmente no quería admitir que ocupaba gran parte de mis pensamientos, pero sí, lo hacía.

Y mucho.

Demasiado.

Me puse a ordenar lo que había comprado y de la nada, recordé que le había prometido regalarle ropa <menos provocativa> a la morena. Pensé en ir solo a alguna tienda, pero me dio vergüenza. Así que decidí llamar a uno de los chicos.

— ¿Diga? —Dijo él con tono <ronco y de mucha flojera>.

—Louis, necesito que me acompañes al centro.

— ¿Cuándo? —Preguntó nuevamente con el tono.

—Ahora mismo. Pasaré por ti dentro de cinco minutos. Tienes que estar listo —Corté rápido, antes de recibir un no de su parte.

Me alisté un poco, puesto que ya llevaba ropa de salir y me encaminé hacia mi auto. Apreté el acelerador hasta unos 80 Km/Hr y en cosa de cinco minutos, llegué a casa de Louis. Le marqué a su celular para que saliera y rápidamente salió, con una cara de... dormilón.

— ¿Te desperté? —Pregunté cuando ya estaba dentro.

— ¿No se nota? —Me pegó un manotazo en el brazo, y yo le sonreí.

—Gracias por venir —Él se encogió de hombros y prendió la radio.

— ¿Qué vamos a comprar? —Preguntó él, pero yo traté de evitar la respuesta— Tierra llamando a Zayn, ¿Qué demonios vamos a comprar al centro? —Sentí cómo mis mejillas se acaloraban. Mie**a —No me digas que esto tiene que ver con la morena —Yo sólo asentí y Louis se puso a reír.

Seguimos conversando de cosas sin sentido, hasta que llegamos al centro comercial. Entramos a una tienda en que vendían ropa de adulta, puesto que yo quería comprarle algo sin escote a mi chica, o sea, Bethany.

— ¿Es un regalo para Bethany? —Preguntó Lou, mientras revisaba la ropa.

—Sí —Miré yo también la ropa, y estaba horrible.

— ¿Qué pretendes? Esta ropa es una mie**a —Dijo de nuevo, tomando una blusa con la punta de sus dedos—Aún no conozco a Bethany en persona, solo de vista, pero estoy seguro de que no se viste como mi abuela —Se encogió de hombros.

—Lo que pasa es... es que le dije que no quería que usara más escotes —Me encogí de hombros.

— ¿Empezaron a aparecer los celos? —Preguntó. Yo hice una mueca con mi cabeza— Estamos mal querido amigo —Pasó un brazo por alrededor de mis hombros.

—Pero Louis, no es nada agradable ir con Bethany a cualquier parte y que los hombres estén pendientes de ella, sólo porque tiene las tetas grandes —Metí mi cabeza entre mis manos y Louis sonrió.

— ¿Qué tan grandes están? —Preguntó y sonrió de manera erótica. Yo lo miré mal—Me refiero... para... saber qué tipo de blusa comprar... sí, eso.

—Pues... —Comencé a mirar a todas las mujeres que ahí estaban, tratando de comparar con alguna el busto de Bethany— Más grande que el de todas estas juntas.

—Ay hombre, o sea que te lo has pasado bastante bien —Hizo un gesto con sus manos, como si estuviese agarrando un par.

Ambos reímos.

El plan de 90 días [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora