IV

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{Bethany}

—No entiendo nada, de nada ¿Vinimos a un bar tranquilo o a un club de striptease? Marny Solorzano —Pregunté mirando a mí alrededor.

Lo único que veía era mujeres casi sin ropa, gente vieja y adinerada, chicos gritando por las mencionadas antes, y nada... todos parecían estar en su propio mundo erótico.

Asqueroso.

—No sé —Rió Marny—A juzgar por el nombre, sonaba tranquilo. Error, esto es peor que las fiestas que solía hacer Tadeo cuando estábamos en la universidad.

—Sí, mierda. Ahí fue cuando perdí mi... tan preciada flor —Miré hacia el suelo y Marny me pegó una mini-bofetada— ¿Y eso fue por qué...?

—No sé, me nació. Yo hoy quiero que lo pasemos bien y que dejes de pensar tonterías, pareces una estúpida, ahora ven —Me tomó de la muñeca y nos fuimos a sentar a la barra, dispuestas a tomar algo.

Así fue, llamamos al barman, pedimos dos vasos de vodka con naranjada y comenzamos a conversar de la vida y lo difícil que sería el nuevo reto que debíamos hacer para el trabajo que nos había pedido José, él era un tipo loco.

—Señoritas —Una voz sensual hizo que Marny y yo nos miráramos a los ojos, al parecer, ambas pensamos en lo mismo.

Nos dimos vuelta para ver si el hombre que había hablado podía ser nuestro súper modelo noruego, pero no, era todo lo contrario.

— ¿Qué? ¿Te debo dinero? —Preguntó mi rubia amiga. Yo le pegué una patada <disimuladamente>, pero ella fue un poco sobre actuada — ¡AUCH BETHANY, CUÁL ES TU PROBLEMA! —Me mató con la mirada y yo sólo negué.

—Hola, ¿Qué te trae por acá? —Pregunté amablemente, a pesar de que el tipo no era buen mozo, se merecía respeto.

—Es sólo que están ocupando mi puesto y el de mi novia —Y dejó ver una tipa demasiado guapa. 

Pelirroja, curvilínea, piel perfecta, alta, silicona por aquí y por allá, en fin. Marny y yo nos miramos casi perplejas y ella abrió la boca como estúpida.

— ¿Ella es tu novia? —Preguntó mi desubicada mejor amiga.

— ¿Algún problema cielo? —Habló ahora la pelirroja.

Yo sólo levanté las cejas, tomé del brazo a Marny y nos saqué de ahí.

—Tengo dos teorías, o el tipo sabe coger de maravilla, o posee una gran suma de dinero en el banco —Hablé yo, es que enserio estaba en shock, no me calzaba el hecho de que alguien tan bonita como ella, con silicona y todo, estuviera con un tipo tan HORRIBLE como él.

—Apuesto por la segunda. Y eso me hace pensar en que José está más loco aún, ¿DÓNDE DIABLOS ENCONTRAREMOS A DOS HOMBRES EXITOSOS QUE SEAN COMO MODELOS? —Gritó la rubia.

Yo me enrojecí de la vergüenza y miré hacia todas partes, esperando que nadie hubiera escuchado.

—Marny tranquila, eso fue desubicado.

—No seas llorona, Bethany. Admite que tengo razón, esta es una mierda totalmente imposible —Rió.

Yo me quedé callada y negué con la cabeza.

—Iré al baño, quédate aquí en un lugar en el que pueda ubicarte, ¿Va? —Ella asintió y me sonrió ampliamente.

Me dirigí hacia el baño y estaba cerrado muy fuerte. No podía abrir, ya estaba que me hacía pis, así que jalé la puerta y me encontré con fuertes gemidos que se mezclaban con la música ambiental del bar. No quería imaginar la escena que estaba ocurriendo, aunque era algo más que obvio. Me metí en el baño que estaba al lado de la "pareja" y comencé a hacer, yo iba a lo que iba.

—Sí Louis —Gritó la tipa.

—Fuerte nena, vamos —Dijo él.

Ok, esto me había dado un poco de asco.

Quería terminar lo más rápido posible, pero no podía. 

Al final, me demoré como un minuto más y cuando abrí la puerta para salir, se abrió sin querer la puerta de al lado, que reflejó a los calentones en el espejo, mostrándome algo que sin duda no quería ver.

— ¿QUÉ HACES TÚ ACÁ? —Me gritó el tipo al que ella había denominado como <Louis>.

— ¿Louis, no? Te recuerdo que este es el baño de mujeres, no un motel. El baño es para hacer necesidades lo que yo acabo de hacer, no tener sexo, lo que tu estas haciendo. Yo quería hacer pipí y vine e hice pis, ¿Tienes algún problema con eso? No es asunto mío si no te aguantaste hasta llegar a tu casa. Son unos mal**tos asquerosos. Adiós —No me lavé ni las manos y salí del baño dando un portazo.

Nunca en mi vida le había hablado así a un hombre, quizás esto lo logré gracias al vodka que había tomado anteriormente, aun así, me gustaba la nueva y madura yo. Busqué con la mirada a la rubia de mi amiga, pero no daba con el paradero, hasta que en el medio de la pista divisé a una tipa que era como ella, bailando apretadamente con otro rubio.

Maldita, le pedí que me esperara y hace esto.

Decidí ir a sentarme a una mesa redonda que estaba vacía, a esperar que mi linda amiga terminara de bailar y así poder irnos. Ya no quería estar más ahí. El trabajo quedaría para otro día.

—Hola señorita, ¿Por qué tan sola? —Estaba jugando angry birds en mi celular cuando la voz de otro hombre interrumpió mi partida.

A juzgar por el otro tipo, creía que se trataba de otro nerd y su novia, al que le había ocupado nuevamente el puesto. Subí la mirada y estaba un tipo moreno, con el pelo negro, un gran copete al frente y rapado atrás. Tenía unos ojos claros, bueno, cafés, pero con el juego de luces del lugar se veían raros, y una sonrisa que decía...

<Admírenme, soy sensual>.

— ¿Te incumbe? —Pregunté con una sonrisa irónica.

—Auuch. Ironía, eso siempre atrae a los hombres como yo, bien hecho nena —Sonrió de lado, mostrando los dientes. Aún estaba concentrada en el celular, procurando no mostrarle demasiada importancia al tipo — Y ahora me ignoras, eso me gusta más aún.

—A ver —Dejé de jugar, tomé todo mi cabello hacia un solo lado y le sonreí lo mas cortante que pude—¿Cómo te explico que no me interesa hablar contigo? —Apoyé un codo sobre la mesa y mi mentón sobre la mano, sonriendo aún.

—Rudeza, eso es más sensual todavía.

—Ya basta, ¿Por qué no te largas?

El plan de 90 días [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora