El plan de 90 días [TERMINADA]

VI

{Bethany}

—Bethany, explícame qué mi**da dijiste, quiero saber si lo que escuché no fue un efecto del alcohol —Pidió Marny mientras caminábamos hacia la esquina, para irnos en un taxi hacia mi casa.

—Pues nada, me enojé con el tipo ese que no conozco, me sacó de quicio, hirió mi orgullo y ahora tengo una cita con él —Mostré mi mejor sonrisa a la rubia, quien sólo negó con la cabeza.

— ¿Y si resulta ser un violador? —Preguntó.

—Pues me viola.

—En serio, ¿Estás arriesgando tu cuerpo por el sólo hecho de que te hirió el orgullo?

—Ehm, sí.

— ¿Eres estú**da o qué? —Preguntó nuevamente, ahora más enojada.

— ¿Puedes dejar de insultarme? Gracias —Ambas nos quedamos calladas un buen rato, hasta que llegó un taxi y ella tuvo que hablar.

—Me quedaré en tu casa esta noche —Yo sólo asentí con la cabeza, me subí a éste y busqué en mi bolso un poco de dinero para pagar

— Saint Bárbara Street, por favor.

—Bethany —Pero no la tomé en cuenta — Bethany Dumas, no seas pend**a, por favor —No la tomé en cuenta nuevamente —Ay Dios mío, está bien... perdón por haberte tratado así, es sólo que me preocupo por mi mejor amiga, ¿No crees que es extraño que un tipo venga de la nada y te invite a salir?

—Hey amiga, tan fea no estoy, ¿Sí? —Ambas reímos — Seré castaña, pero no fea, creo. Aparte, admite que el tipo estaba bueno... quizás lo utilice para el trabajo que nos dio José, ¿Qué crees? —La miré, y ella estaba pensando.

—Bien, si es que resulta que además de ser sensual, tiene un trabajo increíble, te idolatraré. Ahora, tenemos que pensar bien en qué te pondrás mañana para impresionarlo.

—Pasaste de estar criticando de por qué saldré con él, a darme tips de belleza para la cita, ¿Estás bien? —Alcé ambas cejas y le coloqué mi mano en su frente.

—Sí, estoy bien, pero ahora que dijiste eso último, puede que tengas razón, y además, quizás tenga un amigo sensual e inteligente, ¿Quién sabe? —Se encogió de hombros y nos quedamos en silencio.

Pasados unos dos minutos, me acordé de interrogarla.

— ¿Qué hay del rubio? —Pregunté, pero ella no me dijo nada, como siempre, prefirió evitarlo.

Finalmente llegamos a la puerta de mi casa, Marny venía tambaleándose hace un buen rato, pero no quise decirle nada, si no, estaba expuesta a que me llegara una bofetada. Estaba agotadísima, y eso que ni siquiera había bailado. Creo que el hablarle mal a dos hombres en una noche, me había cansado... bueno, no.

Junto a la rubia, fuimos rápidamente a la habitación, nos colocamos el pijama y nos acostamos a dormir, casi sin hablar.

Estoy segura de que ésta chica me está escondiendo algo, me intriga mucho.

***

— ¿Y si se le olvidó? —Pregunté a Marny mientras almorzábamos en la cafetería de la empresa.

—Es una posibilidad —Se encogió de hombros mientras se echaba un poco de lechuga a la boca.

—Tú como mi <amiga> deberías decirme "No lo creo Bethany, eres tan hermosa que debió haberse enamorado de ti, no te preocupes" y luego sonreír como estúpida —Negué con la cabeza— Creo que no te he entrenado bien.