Capítulo 3

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Sábado por la mañana nuestro adorable pelirrojo despertaba más feliz de lo usual, y como no si parecía que estaba en un cuento de hadas con final feliz, eh iba hacer todo para que así fuera.

Termino de darse un baño, estaba vistiéndose cuando le llega un mensaje era del rubio, en el, le decía donde se verían además de la hora del encuentro.

Las 2 de la tarde ya había llegado a su destino, a los lejos divisó al rubio sentado bajo un árbol, con los ojos cerrados, Kiri se sorprendió del pacífico rostro del chico nada que ver cuando esta de mal humor.

— Llegas tarde — dice el rubio sin abrir los ojos.

— Son las 2:05 así que no es tan tarde — contesto acomodando mejor su mochila sobre su hombro.

— Vámonos o se hara más tarde — dijo el rubiales, parándose para empezar a tomar su bicicleta y montar en ella — que bueno que trajiste lo que te pedí — le dice viendo la bicicleta de Eijirou.

— ¿Qué haremos con ellas? — pregunto confundido ya que pensaba que irían a caminar, a comer o algún cine pero no.

— Pasearemos pero en bicicleta, te mostrare algunos lugares, así que sigueme y no te quedes atrás o te perderás — dijo alalejandose.

El pelirrojo acato la "orden" siguiéndolo, pasaron por un claro donde las hojas caían al ser otoño, el agua del riachuelo se veía tan cristalina que hasta los peces se podían observar, siguieron andando por un largo trecho llevando un silencio para nada incómodo, hasta llegar al pie de una montaña, apenas allí se detuvieron.

Observaron los arboles, la maleza, acomodaron sus bicicletas, dejando sus mochilas juntos a ellas, al tener todo listo Bakugou dio la idea de ir al río. Caminaron unos minutos para llegar al lugar, inhalaron el aire fresco que se desprendía de la hermosa naturaleza.

— Entremos — Bakugou dijo empezando a quitarse la playera, los jeans quedando sólo en boxer además de colocarse un bañador encima.

Kirishima no quería, estaba asustado, que pensaría de él en cuanto viera su cuerpo, con vergüenza se alejo un poco quitándose la ropa para quedar igual al rubio, sólo que este se dejo una polera muy delgada

— ¿Que esperas? — grito el rubio entrando al agua.

— ¡Eh! Ya voy no me preciones — dice entrando al agua.

Katsuki un poco desesperado lo tomo de la mano, halándolo hasta el agua, el otro asustado por el rápido ataque se defendió aventándole agua, así estuvieron un largo rato jugando, nadando y besándose de vez en cuando, hasta se dieron un beso bajo el agua, un poco incómodo al sentir el agua colarse por sus labios pero al fin y alcabo fue un lindo beso, siguieron jugando hasta que les dio hambre.

Salieron del agua, sintiendo una ventisca un poco helada que hizo que se abrazaran, así se dirigieron a donde habían dejado sus ropas, la tomaron, se fueron a donde tenían sus cosas, lo bueno es que en la mochila llevaba lo necesario, estaba quitándose la polera cuando sintió que lo abrazaron por la espalda.

Eso hace que se cubra de un gran sonrojo por estar casi desnudo en esa posición, Katsuki no desaprovechó volteándolo para besarlo, el ósculo fue de tierno a intenso y viceversa, movía sus manos por toda su espalda desde el cuello hasta las caderas del pelirrojo apretando levemente, Kiri no se dio cuenta en que momento llegaron a la posición en la que estaban.

Trato de hablar más los besos no daban tregua alguna, cuando comenzaron a llegar a su cuello soltó un leve gemido, intento detener al rubio más sus fuerzas andaban de paseo desde hace rato. Katsuki lo mordió no pensaba dejarle marcas no aún, se detuvo para mirar al chico y lo que vio le encanto, un lindo sonrojo, el cabello desordenado, la boca roja por los besos que acababan de compartir, la respiración agitada y lo mejor esos ojitos que lo vuelven loco estaban entre cerrados.

Un Amor ÚnicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora