Capítulo 4

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Al llegar a la casa de Katsuki ya era de noche entonces Kiri mando un mensaje a su mamá diciendo que se quedaría en casa de su novio. Al entrar le gusto lo que vio, era una casa sencilla pero muy linda, los padres de Bakugou si tenían buenos gustos.

— Pasa, ni creas que te salvaras de cocinar — dice Katsuki riendo, mientras lo lleva a la cocina.

— Pero no se cocinar, no me hago responsable de como quede la cena — hace un puchero adorable a los ojos del rubio.

— Ya te dije que eso no es problema — vuelve a decir — que terco eres — lo besa en la mejilla, Eijirou no sabe que decir, sólo gira la mirada.

Bakugou prepara los ingredientes, dejándolos al alcance, empiezan hacer la cena algo sencillo, para que el inexperto pueda hacerlo, así están buen rato entre risas y maldiciones, que es algo que no puede faltar, al terminar de cocinar, entre los dos ponen la mesa.

Se sientan a comer, entre risas, anécdotas y uno que otro mote cariñoso, al terminar enjuagan la los trastes sucios, suben al cuarto de Katsuki donde este busca ropa que pueda prestarle al pelirrojo, se decide por un pans y una camisa sin mangas, ropa interior el otro ya trae en su mochila.

El primero en bañarse es el rubio, sale con toalla en el cabello y sin polera, el pelirrojo lo ve mientras entra a darse una ducha, cuando termina sale completamente cambiado, su compañero esta sentado en la cama el cual extiende su mano para que él la tome.

Al hacerlo siente que es jalado hasta el cuerpo contrario, donde lo esperan unos cálidos brazos, él se deja mimar, se dan besos tiernos los cuales suben de intensidad, cuando menos se lo esperaba ya esta recostado en la cama con el rubio arriba.

Continúan con el beso de un momento a otro siente una mano acariciar su cintura la cual viaja por su torso hasta llegar a su pecho, el rubio acaricia sin pudor alguno, siente besos en su cuello los cuales disfruta además de sentir una mano acariciando su tetilla la cual se puso dura.

El pelirrojo sintió como el rubio besaba su pecho dándose cuenta que su camisa había desaparecido y ni cuenta se había dado, el rubio bajaba en un caminito dejando saliva a su paso, llego hasta el ombligo de Eijirou donde se detuvo a juguetear un poco. El rubio dejo lo que hacía para ver su obra maestra, y lo que ve le encanta Kirishima sin camisa jadeando, con sus pezones duritos, sonríe pervertidamente y detiene toda acción.

— Será mejor dormir — dice Katsuki jugando con el cabello rojo de su novio.

— Tienes razón — dice sonrojado dándose cuenta en las condiciones en las que se encuentra.

Estaba feliz ya que el rubio supo detenerse, el aun no estaba listo aunque también quisiera hacerlo, tenían poco de ser novios así que aun era muy pronto para dar ese paso, se abochorno al darse cuenta en las consecuencias en las que estaba, se cubrió su rostro mientras escucha la risa del rubio inundar la habitación amaba esa risa ya que llenaba el hueco en su corazón y no pensaba perderlo por nada del mundo.

Se acomodaron para dormir Katsuki abrazo al pelirrojo por la espalda quedando de "cucharita", platicaron unos momentos mientras el sueño llegaba a ellos, cerraron sus ojos para dejarse envolver en los brazos de morfeo.

A la mañana siguiente Katsuki estaba despertando cuando escuchan un ruido proveniente de la parte de abajo, se levanta un poco extrañado ya que no debería de haber nadie deja al pelirrojo dormir y baja encontrándose con sus padres quienes lo saludan muy animado.

— ¿Qué hacen aquí? — pregunta confundido.

— Aquí vivimos — dice Mitsuki su madre.

— Tranquilos, es sólo que terminamos antes de tiempo, ¿Sucede algo hijo? — Pregunta preocupado su padre.

Un Amor ÚnicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora