Capítulo 35

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Las horas pasaban y el pelirrojo no despertaba, Katsuki estaba cuidando a los bebés y les daba su fórmula para que no tuvieran hambre los cargaba de uno por uno, jugaba con ellos, y hasta les contaba cosas que habían pasado ambos.

Estaba feliz sólo estaba un poco desesperado quería que su pareja abriera sus hermosos ojos para que vea a esas dos criaturitas hermosas. Paso un día completo y Kiri no despertaba según los doctores eso era normal pero ponía de los nervios a todos.

Pasaron más horas, parecía que Eijirou se tomaría su tiempo en despertar, todos los visitaban tanto a Kiri como a los pequeños llevándole obsequios. El lunes llego muy rápido Katsuki debía asistir a clases al igual que "sus amigos", pero no podía dejar de estar preocupado, estaba asustado y todos trataban de calmarlo.

La Sra. K. cuidaría de los tres mientras él iba a la escuela. Ese día fue eterno para el rubio todo el transcurso del día fue un fastidio, además de que tenía que asistir a los clubes eh ir a su trabajo pero quería estar en el hospital ver a Eijirou abrir sus ojitos.

Pero tenía responsabilidades y como bueno padre debía acatarlas, así que rendido después de terminar las clases y asistir al club de fútbol partió rumbo al trabajo, llamo a sus padres para saber como estaba Eijirou y sólo le decían que estaba dormido, cansado, asustado, nervioso ya no sabía ni como sentirse.

En el trabajo fue un caos total ya que gracias a su preocupación cometió varios errores que hasta fue llamado por su jefe, cuando explico la situación se le permitió ausentarse una semana como "mini vacaciones" ya que era algo familiar y como sabemos la familia es primero.

Se dirigió al hospital llegando un poco tarde, se encontró con su mamá y la Sra. K. platicando, su padre andaba por algo de comer y los chicos estaban con los bebés. No podía creer que Eiji durara casi 3 días y no despertaba, las señoras dijeron que el médico había dicho que estaba bien que no entendía por que no lo hacía.

Suspiro calmándose sólo quería ver a sus hijos y a Kiri, entro a la habitación viendo como los chicos jugaban con los pequeños bebés.

— Tengan cuidado con mis hijos no vaya a ser que le peguen lo idiota — dijo para cargar a la niña.

— Oye... — reclamó Denki.

— Lo idiota no se pega... — dijo Sero — si fuera así no estaría con Denki — sonrió al igual que Katsuki.

— Así es... oye... no soy idiota — dijo dándose cuenta de lo que dijo Sero.

Los chicos salieron dejando al nene con papá, Katsuki se acerco con ambos bebés a donde estaba Kiri.

— Sabes deberías despertar y ver a nuestros hijos, son hermosos tienen mi cabello y tienen tus ojos o son mios no lo se, eso deberíamos discutirlo nosotros mismos además no hemos decidido como llamarlos, así que si no quieres que les ponga un nombre tonto despierta — dijo dejando a los bebés con mucho cuidado en el regazo de Kiri.

El tiempo avanzaba como era de esperarse pero nada pasaba eso molestaba a Katsuki además de hacer que un miedo se instalara en su corazón. Quería negar eso olvidarse de ese sentimiento tan abrumador que sentía.

Tomó a los nenes y los a cómodo en la pequeña cuna, se sento en el sillón que había en el cuarto estaba cansado pero no quería dormir, saco un libro de su mochila y se puso a leer, de vez en cuando veía como las enfermeras entraban a revisar a Kiri poniendo medicina, checando sus signos vitales, todo era visto por él.

Estaba por dormirse con el libro en las manos, cuando empezó a escuchar murmullos en la habitación abrió sus ojos viendo como algo en la cama se movió, dejo caer el libro al ver como el bulto se sentaba, se puso de pie notando que era Eijirou quien estaba con los ojos cerrados y su mano en la cabeza.

Un Amor ÚnicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora