Capítulo 8

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El rubio besaba con fervor pelirrojo quien suspiraba de vez en cuando, se separaban a tomar algo de aire para volver a unirse en un nuevo beso, el rubio tomo la pierna de Eijirou eh hizo que lo rodeara con ella para así él tener mejor acceso y acariciar la pierna.

Kirishima puso su mano en la cabeza del rubio para que así no pudiera separarse más que para respirar, perdieron las conciencia del tiempo y sólo se concentraron en el placer que sus cuerpos sentían.

Katsuki se movió un poco sobre Eijirou causando una leve fricción en la parte baja del pelirrojo quien se separo para soltar un gemido, el rubio sonrió y continuo con el movimiento.

Los gemidos y suspiros que su pareja soltaba conforme aumentaba los movimientos eran música para sus oídos, empezó a besar y dejar marcas sobre el cuello descubierto del pelirrojo así todos sabían que ese chico es de él sólo de él.

Continuo bajando por el pecho donde volvió a jugar con los pezones del chico que ya habían recuperado su color, volviéndolos a dejar de una tonalidad rojiza, besando en toda extensión de la piel del pelirrojo, tocando con sus manos libres cada parte de piel expuesta, volteó hacía abajo llevando una de sus manos a donde aun se encontraba la toalla para quitarla.

Pero antes de eso toco el miembro ya despierto del pelirrojo, arrancando un gemido en el proceso, repitió la acción hasta que lo vio en todo su esplendor. Retiro la toalla, se levanto para ver lo que sus acciones habían logrado, sonrió para darle confianza y detuviera el leve temblor en su cuerpo.

— Eres tan hermoso — dijo el rubio mientras se subía de nuevo a la cama quedando en cuatro sobre el pelirrojo.

—No digas eso, es vergonzoso — dijo Eijirou cubriendo su rostro con sus manos.

— Creí que tu vergüenza ya la habías dejado atrás hace mucho — sonrió burlón y coqueto.

— No molestes — quito sus manos de su rostro mientras hacía un puchero.

— Bueno basta de charlas y distracciones vallamos a la acción — propuso el rubio dejando un leve beso en la mejilla del pelirrojo.

— Esta bien, sólo se cuidadoso, ¿Si? — dijo Kiri temblando un poco mientras suspiraba para calmarse.

— Lo seré confía en mi, además si quieres detenerte o te duele dímelo, que me detendré, ¿Está bien? — dijo el rubio sentándose en las piernas del otro.

— De acuerdo... — fue lo último que dijo al ser interrumpido por la mejor forma posible.

El rubio lo beso como si fuera el último beso que le daría, toco todo a su alcanse, beso, lamió, chupo como si fuera el mismo manjar de los dioses. Se bajo de la cama quedando de rodillas y entre las piernas del pelirrojo que al sentirlo se incorporo sobre sus brazos, viendo como el chico comenzaba a besar el interior de sus piernas.

— ¡Aaah! — soltó Kiri llevando su cabeza hacía atrás dejándose llevar por lo que el rubio le hacía sentir.

El rubio escuchaba los gemidos que soltaba el pelirrojo, sonrió e hizo más lento el movimiento, viendo la cara roja de su pareja y como se mordía los labios, empezó a tocar con sus manos el interior de sus piernas hasta llegar al miembro ya despierto.

Empezó a moverlo de arriba hacía abajo de forma lenta, tocaba con su pulgar la punta del mismo sacando suspiros que llenaban la habitación, continuo el movimiento haciéndolo más rápido, se acercó metiendo el miembro a su boca.

— Hmmm — dejo salir el pelirrojo, ya que cubrió su boca con sus manos.

— No seas tramposo y dejame escucharte, que soy el único aquí — dijo Katsuki sacando el miembro de su boca y moviendo con la mano.

Un Amor ÚnicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora