Capítulo 26

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Último día en la cabaña debían aprovechar al máximo ese momento, desayunaron cortesía del rubio quien preparo todo, él sólo comió una manzana mientras Eijirou comía como si estuviera en una competencia.

Cuando termino de comer ayudo a lavar los trastes, mientras platicaban parecían recien casados, al terminar decidieron caminar por la orilla de la playa. Iban tomados de la mano cuando a Kiri se le vino algo a la cabeza.

— Oye... Katsuki... — dijo deteniendo el paso.

— ¿Qué sucede? — se detuvo de igual manera sin soltarlo.

— Debemos pensar en nombres... — dijo sonrojado.

— Aún hay tiempo para eso, idiota — dijo Katsuki retomando el paso.

— Lo se, pero... debemos tener un nombre para cuando nazca... — dijo decidido.

— De acuerdo... entonces tendrían que ser dos nombres — dijo sintiendo la mirada de Kiri sobre él — aún no sabemos que será... — aclaro Bakugou.

— Hmm... De acuerdo... pero también me gustaría que fuera sorpresa para cuando nazca... — dijo emocionado poniendo una de sus manos sobre su pancita y acariciándola.

Katsuki lo vio y sonrió enternecido era una imagen que valía oro, amaba a esos dos seres que cada día lo hacían más y más feliz.

— Si así lo quieres no veo el problema... — contesto Katsuki — además cuando volvamos a la cabaña debo darte algo... — dijo sonriendo.

— ¿Eh?, algo, ¿Qué es? — pregunto curioso.

— Tendrás que esperar hasta que volvamos... — iba a continuar caminando pero fue detenido por Kiri.

— Vamos ahora... quiero saber — dijo emocionado dando vuelta y comenzando a avanzar rápido.

Katsuki lo vio irse, y corrió tras él, cuando llegaron Kirishima se sento sobre el sillón esperando que Katsuki le entregara lo que le ocultaba. Minutos después Bakugou bajo con dos cajas en la mano, se las entrego.

Kirishima las veía emocionado por saber que tendrían así que tomando una la abrigo viendo en ella un conjunto de ropita para bebé era hermoso de color rojo su favorito.

— Es de parte de tu madre — dijo simplemente, Kiri sonrió emocionado.

Agarro la otra caja abriéndola de igual manera y encontro un par de zapatitos blancos, se imagino a su bebé con ellos y eso hizo que empezara a llorar de la emoción. Katsuki lo abrazo mientras acariciaba su espalda.

— Tranquilo si, eso le hace daño al bebé... — dijo en voz baja.

— Lo... si...ento... — dijo sollozando.

— Ya tranquilo, shh, todo esta bien... Y dime... ¿Te han gustado? — pregunto aunque sabía la respuesta de antes mano.

— Claro que si son hermosos, eso me recuerda que debemos comprar más ropita... — dijo secando sus lágrimas.

— No te preocupes por eso, tu madre y yo ya compramos muchísimas cosas — dijo riendo recordando ese día.

— Mamá también... ¿Qué hacían ustedes dos juntos? — pregunto celoso ya que le hubiera gustado estar allí.

— Me ayudo con algunas cosas — dijo simplemente.

— ¿Qué cosas? — preguntó serio entrecerrando sus ojos.

— ¿Por qué tantas preguntas? — pregunto Katsuki serio.

— ¿Por qué no contestas, que ocultas? — pregunto celoso.

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