"Lo suponía, sangre sucia."

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Al fin, el 1 de septiembre había llegado. Hermione se moría de nervios, pero seguía emocionada y ansiosa al tener una oportunidad única.

El único libro que pudo leer fue "Historia de Hogwarts" gracias a ello se enteró de muchas cosas, por ejemplo, que el techo del gran comedor estaba encantado para que pareciera el cielo nocturno o algún otro escenario. Supo la distribución del Castillo y que este mismo estaba encantado para que ningún muggle (personas sin magia) pudiera verlo, además que no se podía aparecer y desaparecer estando en mencionado castillo.

Adquirió conocimientos sobre algunos maestros en especial la subdirectoria Minerva McGonagall y el director, el poderoso mago de todos los tiempos Albus Dumbledore.

La niña de 11 años ya estaba preparada, tenía su baul perfectamente ordenado, así que bajo las escaleras de su hogar con el, esperando a que sus padres bajaran también para que pudieran ir a la estación de trenes King's Cross.

Hermione iba vestida como cualquiera de su edad, no quería llamar la atención ni llevar la túnica puesta antes, sería de locos, y por ello llevaba unos pantalones color rosa con una playera azul y unos tenis, su cabello iba esponjado, nunca podía calmar sus rizos.

.-¡Mamá, papá! ¿ya están listos? se nos hará tarde.-La castaña no quería retrasarse para nada.

Después de unos minutos más, los cuales fueron eternos para Hermione sus padres bajaron.

Ya que no tenían un carro propio, tuvieron que tomar un taxi.

Hermione estaba nerviosa, tenía panico, tenía miedo a fallar en aquella escuela de magia, por ello estudiaría y se propuso a ser la mejor de la clase.

En aquel libro no venía nada sobre lo que hacen al llegar los de primer año, así que Granger no tenía ni idea de lo que le esperaba.

Cuando llegaron a la estación, Hermione agradeció no haber llevado una mascota ya que sería algo extraño y más complicado.

El padre de la castaña tenía el boleto en sus manos, y lo miraba confuso.

.-¿Que pasa papá?.-Pregunto Hermione.-Esto indica que tienes que pasar por el andén 9¾ para tomar tu tren, no tiene sentido.-El señor Granger se le quedaba viendo a aquel boleto, como si este fuera a darle una explicación sobre aquello.

.-"¿9¾?".-Penso la castaña.

.-¿Que?.-Cuestiono la madre, volteando a ver el boleto para comprobar si lo que decía su marido era real.

.-"9¾ tal vez...".-Pensó nuevamente.

Hermione se acercó con su carrito y baul hacia aquel muro que separaba la estación 10 y 9, mientras sus padres se acercaban a ella.

En ese instante, paso un niño algo regordete, cabello negro, se veía muy tierno, estaba listo para ir a Hogwarts.

Lo miro para ver que hacia, se veía nervioso, pero corrió hacia aquel muro, justo lo que Hermione pensaba.

De inmediato, el niño tocó el muro y desaparecio, no se estrello como muchos lo pensarían.

Sus padres al parecer no habían visto tal cambio, podría haber una explicación: son muggles.

Así que se acercó a sus padres y los abrazo.

.-Ya se como entrar, tengo que pasar por el muro que tenemos adelante.-Explicó.

Sus padres se quedaron en silencio, pero correspondieron el abrazo de su dulce hija, sin duda estaban orgullosos de ella.

.-Por favor, cuidate mucho, escríbenos si es posible. Te extrañeremos, te amo mucho Hermione.-Le dijo su madre con una dulce voz mientras le acariciaba su loca cabellera.

CHOCOLATE CANELA Y MENTA | DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora