CHOCOLATE CANELA Y MENTA | DRAMIONE

"Tu no lo entiendes"

Mini maratón: 3/3

Y ahí estaba él, sentando en el gran comedor, con todos los demás Slytherin, se suponía que debería estar escuchando al director, sus típicas palabras de bienvenida y otras más, pero no podía concentrarse en eso, esa voz se escuchaba en la lejanía, como si estuviera a kilómetros de distancia, pues tenía cosas más importantes que pensar.

Armario evanescente. Asesinar a Dumbledore. No fallar en el intento.

Armario evanescente. Asesinar a Dumbledore. No fallar en el intento.

Esas diez palabras eran las únicas que ocupaban un lugar en su cabeza, y que daban vueltas y vueltas, una y otra vez. Sin parar.
El resto de las vacaciones se lo pasó pensando e ideando soluciones para afrontar lo que el señor tenebroso le había dejado como tarea, y había hecho un avance, pero del 100%, él apenas tenía un 7%.

Su madre pudo convencer a Bellatrix de que fuera Snape quien le ayudará, y justo comenzaría las clases con él a partir de mañana, aprendería Oclumancia, lo cual, lo ponía sumamente nervioso. El resto de las vacaciones estuvo leyendo algunos libros sobre el tema, pero seguía sin dominarlos.

Sus manos sudaban y últimamente siempre las tenía frías, como si estuviera muerto, a ese grado de frialdad llegaba, si, causaba preocupación excesiva, pero a Draco era lo último que le preocupaba. Su mirada grisácea estaba pérdida en la nada, y mantenía una de sus mano apoyada en su barbilla.

Sus ojos de pronto conectaron con los de Hermione, quién estaba frente a él, en la mesa de los leones. Al igual que el chico traía puesta su túnica, con su respectivo uniforme, lo miraba con angustia y confusión, se notaba que quería hablar con el rubio, en cuanto ambos chocaron miradas, él despertó de su ensimismamiento y corto el contacto visual, mirando para otro lado y quitando la mano de su mentón.

-Hey, ¿te encuentras bien?-Se interesó Astoria, que estaba sentada a lado suyo.-Estás algo pálido.

Paso saliva, sintió su boca seca, como si no hubiera tomado agua en días.

-Estoy bien.-Contestó, su voz ronca.

-¿Que tal las cosas con avellana?-Ella lo miraba inquisitiva, mientras él tomaba un poco de agua.

No sabía la respuesta a esa pregunta, la carta que le había enviado, la cual su tía tuvo la suerte de ver, le decía que le tenía una sorpresa, una sorpresa que hasta el momento no le había dado.
Sólo se habían visto en el tren, y aceptaba que no la había recibido del todo bien, pero es que con todo el embrollo que tiene que sobrellevar no le resulta fácil, además, él sabe que tiene que tener un poco más de precaución con la castaña.

-No he tenido tiempo de hablar con ella aún.

-¿Quién es avellana?-Para su sorpresa, Pansy se involucró en la charla.

-¿Avellana? Vaya, también los he escuchado hablar de eso, o mejor dicho, ¿ella?-Ese fue Theo, tenía una sonrisa pícara en el rostro.