"Fue un error, nada mas."

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Estaban a pocos días de volver a Hogwarts, Hermione entraría a cuarto año, al igual que sus amigos. Durante el verano, estuvo recibiendo cartas de el elfo Gasper lo cual le causaba mucha alegría.

Pero también recibía cartas de Neville, la castaña no podía dejar de pensar en el asunto, quería a Neville, estaba segura de ello. Pero después de lo que pasó, no estaba segura de poder continuar con la relación, y no quería terminarla por el temor de herir a el chico.

Eso la atormentaba días y noches.

Ya habían ido al callejón Diagon esa mañana, recién habían llegado a casa, el padre de Hermione tuvo que ir a una junta del trabajo; por ende, sólo había mujeres en la casa.

¿Sería buena idea pedirle algún consejo a su madre? Si, pero no quería que supiera que era su historia, que el consejo era para ella, le echaría el peso a Ginny. Estaba segura de que su madre nunca se le escaparia nada.

Después de tener listo su baúl y de haber alimentado a Crookshanks, bajo de su habitación para ir a donde su madre, está se encontraba sentada en los sillones grises, sus manos estaban ocupadas pues al parecer estaba tejiendo una bufanda nueva.

-Mamá-La señora Granger se volteó a ver a su hija.

-¿Que necesitas, corazón?-Pregunto mientras seguía tejiendo.

Hermione se sentó al lado de ella.

-¿Puedo pedirte un consejo?

-Claro hija, cuentame tu situación querida.

-Oh no, no es mi situación, es para una amiga. Ginny, ¿la recuerdas?-Hermione tenía la mirada en el gancho y el estambre.

-La niña pelirroja, ¿cierto? la hermana de tu amigo Ron.

Hermione asintió con la cabeza y se acomodó mejor.

-Bien, pues, ella tiene novio y es un chico muy lindo y tierno con Ginny, y mi amiga lo valora. Pero sucedió que tiene un amigo secreto, de la casa de Slytherin.

-¿Porque amigo secreto?-Pregunto la madre, sin despegar la vista de su tejido.

-Tú sabes que la casa de Slytherin y Gryffindor son enemigas, entonces los padres del chico no quieren que convivía con ningún león o... con chicas que vengan de padres de muggles-Hermione paso saliva y continuó, pudo ver que su madre fruncia el ceño en lo ultimo-Entonces en una de sus charlas a escondidas, estaban discutiendo por algo minúsculo, y en eso el la beso.

La señora Granger dejo de tejer, y miro a su hija.

-¿Todo eso te contó?

-Si mamá, somos buenas amigas, y quiero ayudarla pero no se que consejo darle. Ella está preocupada porque quiere a su novio, pero no está segura de seguir con la relación, y tampoco se atreve a cortarlo por miedo a lastimarlo.

-¿Ginny es un año menor que tú?

-Si mamá-Le respondió un poco frustrada de que su madre no le haya ayudado hasta al momento ni un poco.

-¿Y ya tiene esos problemas amorosos? Dios mio.

-¡Mamá!

-Lo siento, sólo me sorprende.

Hermione se sonrojo un poco, si sólo supiera que lo que le contó a su madre, en realidad era cosa suya y no de la pobre Ginny.

-Hija, creo que primero lo que tendría que hacer tu amiga es aclarar sus sentimientos, ya que un beso puede despertar emociones-Le dedicó una última mirada y continuó tejiendo-Después de que aclare sus sentimientos, es todo más fácil, le tocará decidir. Si quiere seguir con su novio tendrá que decirle lo que pasó, a lo mucho que quiera vivir con el cargo de conciencia-Su madre río un poco.

CHOCOLATE CANELA Y MENTA | DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora