Las vacaciones terminaron, y los estudiantes que habían regresado a sus hogares volvían a Hogwarts.
Hermione estaba feliz por volver, ya quería ver a Harry y Ron.
A Draco le daba igual, aunque si sentía un toque de ganas, quería hablar con Granger, ella no era molesta como Pansy o estúpida como Cabble y Goyle.
El pequeño Malfoy se encontraba desempacando su baúl, en los dormitorios, para su suerte estaba solo, y así le gustaba.
El trato que Granger le había hecho al comienzo se había roto, ahora podría hacer lo que quisiera, mínimo con ese pelirrojo y Potter.
Terminó y se acostó en su cama, saco su varita y empezó a moverla, de la punta de esta, salían chispas de color rojo.
Kirlia estaba en su jaula, ululando, pedía salir, hace mucho que no entregaba o iba por una carta.
El rubio la miro, le sonrió, y descubrió que sus sonrisas eran más frecuentes en Hogwarts cuando estaba con la castaña que en su propio hogar.
Decidió ignorar eso, se levanto y tomó pergamino, tinta y una pluma, comenzó a escribir, su letra era fina y pulcra, digna de un Malfoy, a comparación de como escribían otros niños, Draco escribía perfectamente.
Enrollo el pergamino y se lo dio a Kirlia mientras le susurraba algo, segundos después, salió volando por la ventana en la cual se dejaba ver el lago, aun congelado.
El frío no había pasado, y duraría aún, pero ya era menos nieve y se toleraba un poco más.
El Slytherin bajo, y deseo con todas su fuerzas, por primera vez en su vida que mientras pasaba por la sala común nadie se inmutara de su presencia.
Pero claro Parkinson tenia que estar ahí para arruinar todo.
—¡Draco!— .Fue hacía el y lo abrazo, como si fuera su oso de peluche. —¿Que tal estuvieron tus vacaciones?— . La niña seguía apretandolo.
El, molesto se alejo de los brazos de Pansy, mientras ella lo miraba dolida.
—¡Hey Draco!—. La voz de Cabble se escucho desde el sillón en el cual este estaba sentado.
Malfoy los miro, se encontraban todos sus "amigos" ahí sentados, al parecer comiendo y jugando.
—¿Vienes?...—.El niño negó con la cabeza antes de que el terminara.
—Pero no te he dicho ni que—.Siguio Cabble.
A Draco no le interesaba, no tenía ganas de estar con ellos ahora, sin problema alguno salió de su sala común, dirigiendose hacia el baño del segundo piso.
***
—Pero Harry, tienes que devolverla, o por lo menos avisar—.Le decía Hermione a Harry.
Le habían contado los niños todo lo que había pasado, desde el espejo de Oesed hasta que su amigo Harry recibió en Navidad una capa de invisibilidad de alguien anónimo.
—¡Ni loco lo haria!, no le hagas caso Harry—.Negaba con la cabeza el pelirrojo.
Hermione iba a protestar pero una lechuza blanca con toques de café entro por una de las ventanas abiertas en la sala común.
Se posó en el descansa-brazos del sillón donde la leona estaba sentada, al parecer era para ella.
Con el ceño fruncido, inspeccionó a aquella lechuza, era muy hermosa, con inseguridad tomo el pergamino, acarició a la lechuza lenta y delicadamente, su pelaje era suave, muy suave.
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CHOCOLATE CANELA Y MENTA | DRAMIONE
FanfictionElla siempre ha sido la misma, con un buen espíritu y encantada de ayudar a los demás, dedicada en todo lo que hace y curiosa, muy curiosa. Él, egocéntrico desde pequeño con grandes aires de grandeza, cree que se merece el mundo. Ideologías desprec...