Capítulo 8. Negación

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«Negación»


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El dolor de cabeza no se me quitó sino hasta el día siguiente. Por las expresiones que hacía mi madre cada vez que me veía adiviné que tenía muchas ganas de gritarme pero se contenía porque aún me veía mal. Ella decidió irse al trabajo antes de arrepentirse por dejar que me quedara en casa, puesto que aún no le daba una buena explicación sobre mi repentina insolación.

Dormí todo el día, no tanto porque siguiera sintiéndome tan mal sino por los recuerdos de mi padre. Mi mamá regresó en la tarde para checarme, o tal vez para asegurarse de que seguía en casa. Cuando me rehusé a comer ella comenzó a sospechar que no solamente se trataba de un golpe de calor, incluso intentó hablar conmigo pero yo no estaba lista.

Sabía que tenía que encontrar la forma de decirle puesto que era injusto que siguiera creyendo que mi padre nos abandonó cuando él en realidad estaba muerto, pero aún no tenía la fuerza ni las palabras correctas. Además, mi padre había empacado sus cosas y se había marchado frente a sus ojos, probablemente creando una excusa para explicar su ausencia durante la revolución de Sunforest, el problema era que nunca volvió para dar marcha atrás a su mentira y ahora yo tenía que explicarle a mi madre que él había muerto en medio de una guerra que ni siquiera conocíamos. No me iba a creer ni una sola palabra.

Para mi buena suerte, cuando el viernes terminó ella decidió dejarme tranquila.

Al día siguiente alguien me despertó destapándome completamente, me estremecí ante el aire que ese movimiento provocó. Cuando una mano más grande que la de mi madre se posó sobre mi frente entre abrí los ojos.

—¿Joham?

—¿Quién es Joham?

Pestañeé para enfocar la mirada hasta encontrarme con el rostro de Raúl.

—Hum. Un amigo.

—Soy tu único amigo.

—¿Cómo te dejó entrar? —pregunté en un intento de cambiar el tema—. Se supone que estoy castigada de por vida.

—Ella me llamó.

—Quien la entiende —murmuré.

—Creo que está preocupada, has perdido tres días de clases, te traje todo para que te pongas al corriente —señaló su mochila.

Suspiré, si me encontraba despierta estaba pensando y todos mis pensamientos caían sobre la ausencia de mi padre. Eso me dolía mucho.

—Quiero seguir durmiendo —me quejé intentando alcanzar las sábanas.

Él las apartó aún más y se sentó en la orilla.

—¿Qué sucede Ami? ¿Por qué desapareciste de esa manera el miércoles?

Sunforest 1. Amira Rey. [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora