«Peleas»
Alguien susurró mi nombre y me sacudió del hombro. Confundida, abrí los ojos y me encontré con el rostro de Dandelion. El puso su dedo índice sobre sus labios para indicarme que guardara silencio y de golpe recordé en dónde me encontraba.
Lentamente me enderecé y una manta que yo no me había puesto se deslizó hasta caer sobre mi regazo. De reojo verifiqué que Joham siguiera dormido y me puse de pie con mucho cuidado para no despertarlo.
A fin de cuentas él me había obedecido y había vuelto a la cama, yo me senté en frente y pasamos la tarde platicando de cosas sin importancia. Dejó ver su curiosidad y me hizo muchas preguntas sobre el mundo humano, yo contesté casi todas y cuando sabía la respuesta. En ese momento, hablando frente a frente en su habitación como si fuéramos viejos amigos, me costaba mucho creer que éramos distintos. Que yo fuera humana y él no, que él tuviera magia y yo no.
Recordé la primera vez que nos conocimos, con tan solo mirarme había comprendido que yo no era de Sunforest, aunque no entendía como.
—Joham, ¿cómo supiste que yo era humana?
—¿Qué? —preguntó confundido ante el inesperado cambio de tema.
—Cuando nos conocimos estabas molesto porque caí sobre ti, pero en cuanto me miraste supiste que no era de aquí.
—No lo entenderás.
—Inténtalo.
—En realidad eso fue muy fácil —reconoció con una sonrisa—. Fue simplemente el color crema de tu piel, el sonrojo de tus mejillas, el carmesí de tus labios, el brillo de tus ojos... —Me observó por un largo tiempo, como si acabara de descubrir algo que antes no había visto.
—¿Joham? —pareció despertar de un sueño con el sonido de mi voz.
—Eh... —parpadeó seguido y se rascó la nuca, parecía apenado—. Tu olor, también es distinto.
—¿Me oliste? —alcé una de mis cejas para lucir más dramática.
—Es inevitable, vemos y olemos mucho mejor que ustedes. Justo ahora hueles a coco y vainilla, te aseguro que ningún forestniano huele de esa manera. Además es... agradable. Hueles rico.
Reprimí la sonrisa que quería soltar para no verme tan patética.
—Tenías razón, no lo entiendo. —Él dejó escapar una risita—. Quiero decir, yo te veo y pareces igual a mí, como un humano, no entiendo cómo tú puedes notar las diferencias.
—Tal vez son pequeñas diferencias que te pasan desapercibidas, pero ahí están, las notarás con el tiempo; nosotros somos más fuertes, mucho más rápidos, no nos sonrojamos tan fácil, nuestra piel es más gruesa, somos más resistentes que los humanos tanto en necesidades como emocionalmente.
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Sunforest 1. Amira Rey. [Disponible en físico]
FantasyBienvenido a Sunforest, un mundo mucho más viejo que el tuyo, donde la magia existe, y la guerra se aproxima. "Me limité a abrazar aún más mi cuerpo sintiendo su mirada sobre mi nuca poniéndome los pelos de punta. Fue cuando me di cuenta de que n...