Capítulo 21. Exámenes.

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«Exámenes»


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Durante los siguientes días el chico de las gafas continuó siguiéndome y molestándome. Me enteré que se llamaba Abraham e iba un grado más abajo que el mío. El pobre no tardó en convertirse en la burla de la escuela y por eso cada vez que me veía me daba la impresión de que se iba a poner a llorar.

Raúl me lo quitó de encima varias veces, sobre todo cuando se acercaba de más o hacia una de sus rabietas infantiles. Ya los tenía a todos cansados con el cuento del monstruo y si seguía así, estaba segura de que se ganaría una golpiza por parte del equipo de fútbol liderada por mi mejor amigo.

A pesar de eso, desde ese día no pude evitar notar lo distante que Raúl se había vuelto conmigo. No me quejé cuando él comenzó a pasar más tiempo con sus amigos que conmigo, simplemente teníamos que acostumbrarnos a esa nueva... situación entre nosotros.

Tampoco volvimos a hablar de nuestros sentimientos, ni de Sunforest. Incluso practicaba horas extras de fútbol porque según él se acercaban las finales y necesitaba estar en forma. Aún así, cuando nos veíamos y sonreíamos hacíamos como que nuestra amistad seguía intacta, aunque muy en el fondo yo sabía que muchas cosas habían cambiado entre nosotros.

Suspiré, sentada en mi cama y rodeada de libros, cuadernos y un montón de notas. Estaba atravesando la semana de exámenes y me sentía algo preocupada por eso. Mis calificaciones habían bajado gracias a todas las veces que me había saltado las clases, por lo que tenía que estudiar mucho y eso solo me hacía extrañar mucho más a Raúl.

Desde que tengo memoria cada periodo de exámenes lo habíamos pasado juntos. Nos reuníamos en una misma casa y estudiábamos comiendo un montón de golosinas y preguntándonos el uno al otro hasta que nos sentíamos preparados. Raúl siempre me ayudaba en historia porque era la materia en la que menos ponía atención, a cambio, yo lo ayudaba con matemáticas y le ponía un montón de operaciones que si contestaba bien le recompensaba con dulces. Esa era su motivación.

Aventé las notas y me dejé caer sobre la almohada. Saqué una pluma de debajo de mi espalda que se me incrustó dolorosamente y la aventé lejos mientras recordaba como Raúl me respondía que estaría ocupado cuando le pregunté si esa semana estudiaríamos en mi casa.

Tal vez él no quería estar a solas conmigo y de eso se trataba todo, por lo que intentaba con todas mis fuerzas no sentirme rechazada, después de todo yo lo había hecho primero.

Él estaba herido, podía notarlo en sus pequeños y apagados ojos aceitunados. No solo por haberlo rechazado, también por haber intentado borrar sus recuerdos de esa manera. Ahora conoce la verdad, pero él sabe que no es porque confié y decidí contársela, sino porque no tuve otra opción. No podía negarlo, había lastimado a mi mejor amigo de muchas formas.

Sunforest 1. Amira Rey. [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora