Capítulo 12. Trolls.

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«Trolls»


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Joham no volvió a aparecer a pesar de que durante toda la noche, después de que mi madre se fuera a dormir, lo llamé con insistencia. No había entendido del todo sus últimas palabras y quería que me explicara más, pero al parecer el chico se negaba a hacerme caso.

A la mañana siguiente me levanté malhumorada y me prometí a mi misma que nunca volvería a rogarle a alguien invisible, así que me puse el uniforme y le agregué una chamarra de mezclilla por el frío de la mañana para poder marcharme a la escuela lo antes posible. Me colgué mi mochila café y con una manzana en la mano salí a la calle, pero me paralicé en mi sitio al encontrarme con alguien sentado sobre el escalón de la puerta.

—Raúl —murmuré sorprendida.

Había estado tan concentrada en Joham que ni siquiera pensé lo que le diría a mi amigo, pero creí que tendría más tiempo para planearlo.

—Ami —dijo poniéndose de pie con un salto y sacudiéndose la parte trasera del uniforme—. Buenos días —saludó sonriéndome.

—Buenos días —respondí de la misma manera—. Me hubieras dicho que estabas aquí para darme prisa.

Él chasqueó la lengua e hizo una seña con su mano, indicándome que aquello no tenía importancia.

—Solo quería acompañarte a la escuela.

—Que... lindo. Gracias.

Las cosas entre nosotros estaban inusualmente incómodas, ninguno de los dos sabía cómo actuar y si nos mirábamos mucho a los ojos ambos nos sonrojábamos. Comenzamos a caminar y divagar, sin tocar algún tema de importancia al menos hasta que yo supiera exactamente qué decir y cómo decírselo. Llegamos a la escuela temprano y con una seña me invitó a sentarme en una de las bancas de piedra que estaban sobre el jardín, un poco apartada de la entrada. Tiré el corazón de mi manzana en un cesto de basura que nos quedaba de paso y me limpié el sudor de mis manos en el jumper, algo nerviosa. Él quería su respuesta.

—Lo lamento, Ami.

Todos mis pensamientos se frenaron en seco al escucharlo.

—¿Lo lamentas? ¿Haberme besado?

—Bueno, en realidad no lamento haberte besado —dijo sonriendo, aunque aún sin mirarme— pero lamento haberme anticipado. Tú acababas de contarme lo que pasó con tu padre y yo te solté otra bomba, creo que no escogí el mejor momento...

—Me alegra que lo hicieras.

—¿Ah sí?

—Bueno, me tomaste por sorpresa y como te dije ayer... en verdad me han sucedido muchas cosas, pero me alegra que hayas sido sincero conmigo

Sunforest 1. Amira Rey. [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora