Capítulo 6. Respuestas.

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«Respuestas»


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El director estaba sentado frente a mí, con los codos sobre su escritorio y las manos juntas a la altura de la boca. Era un hombre de escaso cabello negro y piel morena. Su mirada en ese momento era severa.

—Suspendida —pronunció—. Un día.

Mi mamá estaba a mi lado y la mirada del director cayó sobre ella cuando se movió enderezando la espalda.

—Señor director, estoy de acuerdo con respecto a que Ami rompió las reglas y merece un castigo... pero es la primera vez que sucede algo parecido.

—Es por eso que me limité a suspenderla un día. Además, no es la primera vez que la señorita Rey es mandada a mi oficina por falta de atención en clases.

Mi madre suspiró con enfado y me dedicó una mirada asesina.

—Entiendo, será como usted diga señor. ¿Tienes algo que decir, Amira?

—Lo lamento director, le prometo que no volverá a suceder.

—Eso espero. Hoy te vas a casa pero eso no te exenta de tus deberes, tienes que ponerte al corriente con todas tus tareas y la maestra de Geografía hablará contigo sobre un trabajo extra.

Gruñí internamente, pero me mantuve quieta por fuera.

—De acuerdo.

—Gracias por su tiempo. —Mi mamá se puso de pie y estiró su mano derecha para despedirse con un apretón. El director la imitó.

—Al contrario, gracias por venir señora Castile.

Me despedí de la misma manera y salimos de la oficina. La hiena sonreía tanto que estaba segura de que había escuchado toda la conversación desde el otro lado de la puerta y se estaba regodeando de mi castigo.

—¿Quieres que te muestre el camino?

Ignoré sus provocaciones y seguí a mi mamá hasta la salida, apartándome lo más posible de la vitrina por miedo a que los ojos negros de Enzo aparecieran de la nada y me metieran en más problemas.

Habíamos pasado 20 minutos en la dirección y todos los alumnos ya habían entrado a clase, por lo que cualquier posibilidad de ver a Raúl se había esfumado y tendría que decirle después que me habían suspendido, sino es que la hiena corría el chisme antes.

—Ya voy tarde al trabajo —comentó mi mamá viendo el reloj que tenía en su muñeca y después sus ojos se dirigieron a mí, aún se veían un poco enojados—. Quiero que te vayas directito a la casa Ami, sin ninguna desviación o entretenimiento. Esta suspensión no son vacaciones, ¿entiendes?

—Si.

—Haz tus deberes. —Metió un pie en su auto, dejando medio cuerpo afuera para que pudiera escucharla a la perfección—. Quédate en casa, tienes prohibido salir o recibir visitas y eso incluye a Raúl.

Sunforest 1. Amira Rey. [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora