Capítulo 33. Curación.

3K 531 44
                                    


«Curación»


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Abrí los ojos al mismo tiempo que soltaba un pequeño grito. Inmediatamente unos brazos me rodearon y el miedo con el que me desperté se calmó un poco al reconocer a Joham. Suspiré agradecida y recargué mi frente en su pecho, dejando que las caricias en mi espalda me tranquilizaran poco a poco.

—Joham... —sollocé.

—Ssshhh —susurró en mi oído—. Vuelve a dormir Ami, todo está bien.

—Es mentira. —Él no me contradijo, pero me abrazó más fuerte y depositó un pequeño beso en mi sien.

A pesar de la oscuridad cuando miré a mi alrededor reconocí su habitación, comprendiendo que seguíamos en Sunforest. De hecho, acababa de entender que ya no tenía ningún otro lugar a donde ir.

Incapaz de volver a conciliar el sueño, intenté levantarme, pero el dolor de mi costado me lo impidió y me dejé caer de nuevo sobre la cama junto con un quejido.

—Hey, tranquila. Tienes que permanecer en reposo.

Mordí mi labio inferior y lo miré sin poder ocultar mi culpabilidad.

—¿Lo sabes?

Él suspiró con cierta molestia.

—Tres costillas rotas, Amira. Tres.

Me miré a mí misma y noté que el vestido negro de luto había sido sustituido por un delgado camisón blanco que no hacía ninguna presión en mi cuerpo y me ayudaba a respirar menos dolorosamente.

—¿Es grave?

—Estarás bien, pero debiste decírmelo inmediatamente.

—Te lo iba a decir —admití—. Justo antes de desmayarme.

Él negó con la cabeza, dejando más que claro que mi silencio lo había molestado mucho.

—La flor de yue te ha desinflamado mucho, pero aún no sanas por completo y debes guardar reposo. Después de todo, es una herida que en tu mundo tardaría hasta 4 semanas en sanar.

—¿Y aquí?

—Tal vez unos tres o cuatro días. Todo depende de cómo te portes.

Asentí y con cuidado me volví a recostar boca arriba. La cama de Joham era tan cómoda que inmediatamente mi cuerpo se relajó, ni siquiera había notado lo tensa que estaba hasta ese momento.

Los recuerdos de todo lo que había sucedido llegaban a mi cabeza como flashes, pero estaba tan cansada que no quería ponerme a llorar de nuevo.

—¿Dormí mucho?

—Lo necesario. No tarda en amanecer.

Sentí como su mano palpaba mi estómago por encima de la ropa, lo que me hizo soltar un ligero suspiro.

Sunforest 1. Amira Rey. [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora