Sunforest 1. Amira Rey. [Disponible en físico]

Capítulo 38. El primero.

«El primero»

Aparecimos en su cuarto y una oleada de nostalgia invadió mi corazón ante todos los recuerdos que tenía ese lugar. La mano de Raúl estaba temblando y aquello no me pasó desapercibido.

—Estarás bien —dije para tranquilizarlo.

—Pero tú no —respondió con la voz contenida—, eres mi mejor amiga y tengo la sensación de nunca volveré a verte.

Respiré hondo ante el dolor que aquella frase representaba y me senté al borde de su cama. No estaba segura de cómo despedirme.

—Te quiero muchísimo.

Sus ojos volvieron a caer sobre los míos y me miraron con incredulidad.

—Entonces quédate.

—Sabes que no puedo hacer eso.

—¿No puedes o no quieres?

—Todo pasa por alguna razón y yo cada vez estoy más convencida de que no encontré la llave de Sunforest por casualidad. Este es mi destino.

—¡Tú puedes elegir tu destino!

Una pequeña sonrisa escapó de mis labios.

—En ese caso ya lo elegí, créeme cuando te digo que ya no hay vuelta atrás.

Raúl se agachó frente a mí y puso su frente sobre mis rodillas. Yo acaricié su cabello en un intento de tranquilizarlo.

—Le diré a Joham que levante el hechizo que pusimos para que nadie notara tu ausencia. Irás a la escuela, te graduarás. Conocerás a alguien, te casarás. Tendrás muchos hijos, nietos y serás muy feliz. Confía en mí, Raúl.

—No quiero, Ami.

—Gracias por ser mi mejor amigo.

Él levantó el rostro y posó sus labios sobre los míos, con su mano sujetó mi nuca para que yo no me alejara. Fue un movimiento suave, delicado y lento. Nuestros ojos se abrieron cuando se separó y nos miramos por última vez.

—Nunca te voy a olvidar

—Ni yo a ti —prometí.

Siempre si tenía algo más que prometer.