«¿Destino?»
—¿Qué haces aquí?
El pelirrojo estaba cómodamente sentado en la barra de la cocina, como si fuera su casa. Me miraba con una expresión divertida a pesar de que me acababa de sacar un susto de muerte. No esperé a que me respondiera, mi mano buscó la manija de la puerta y la abrí, Raúl no debería estar tan lejos.
Una mano se atravesó frente a mí y volvió a cerrarla de un portazo. Su brazo me impidió echarme a correr por lo que solo pegué mi espalda a la madera para alejarme lo más posible de él, sorprendida por lo rápido que se había movido.
—La respuesta es obvia, estoy cuidándote.
—Más bien espiándome.
—Llámale como quieras, pero no puedes negar que ayer te salvé la vida.
—Solo me ordenaste correr.
—¿Ah sí? —se separó un poco para verme mejor—. ¿Y quién crees que lo hizo perder el control? ¿Quién crees que te apartó de su camino? ¿Quién crees que lo mató?
—¿Tú... hiciste... qué?
—Mi deber es mantenerte a salvo, no importa de qué o quién. Tienes suerte de que yo esté aquí.
Joham se dio media vuelta y caminó lejos de mí, sabía que yo ya no saldría corriendo. Volvió a la cocina y se recargó en la barra, pero no volvió a hablar.
—¿Suerte? Todos quieren matarme desde que apareciste en mi vida.
—No me culpes a mí de eso —replicó él sin mirarme—. El tipo llevaba días siguiéndote. Cada vez que salías a correr un coche diferente te seguía, pero siempre era él. A que eso no lo notaste, ¿eh?
No. Nunca me había percatado de que alguien me seguía todas las tardes.
—¿Y quién era?
—No lo sé, no era de mi mundo, pero estoy seguro de que su intención era hacerte daño. —Sus ojos verdes se clavaron en mí, molestos—. ¿Por qué te quedaste de pie como si nada? ¿Querías ponérselo fácil?
—No sabía qué hacer —admití.
—Ahora yo soy el que está en problemas.
—¿Y tú por qué?
—Dandelion me ordenó que te cuidara sin que te dieras cuenta —admitió recargando la cabeza en la pared.
—¿Entonces qué haces cómodamente sentado en mi cocina? —pregunté cruzándome de brazos.
—Tú lo arruinaste. Anoche tuve que hablarte, ¿lo recuerdas? Y hoy te diste cuenta de que te estaba siguiendo en la mañana.
—¿Eras tú?
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Sunforest 1. Amira Rey. [Disponible en físico]
FantasyBienvenido a Sunforest, un mundo mucho más viejo que el tuyo, donde la magia existe, y la guerra se aproxima. "Me limité a abrazar aún más mi cuerpo sintiendo su mirada sobre mi nuca poniéndome los pelos de punta. Fue cuando me di cuenta de que n...