Sunforest 1. Amira Rey. [Disponible en físico]

Capítulo 43. Venganza.

«Venganza»

Los negros ojos de Enzo no tardaron en concentrarse en mí.

—Esta noche has causado demasiados problemas.

Con mucho esfuerzo Joham volvió a abrir sus ojos y me miró con una súplica que lograba romperme el corazón.

—Vete —insistió.

—Estás loco si crees que voy a abandonarte.

Enzo rió.

—Me dan ganas de vomitar.

—Ya somos dos.

La bruja apareció a mis espaldas, del otro lado del pasillo. Ya no había manera de huir. Escuché a Joham gruñir mientras yo me alternaba para mirar a ambos, ¿podría con los dos?

—Encárgate de ella.

Isis hizo un gesto hacia Enzo y yo me giré rápidamente. El forestniano sonrió y alzó su mano libre hacia mí. Me encogí un poco esperando el hechizo, pero no sucedió nada.

Enzo y Joham fruncieron su ceño al mismo tiempo. El primero me miraba con frustración, el segundo con curiosidad.

—No puedo hacerle daño —susurró sorprendido.

Isis bufó.

—Yo me encargo.

La bruja dio algunos pasos hacia mí mientras extendía su brazo. Perpleja al notar que no sucedía nada miró su mano, como si buscara la respuesta en ella.

—¿Aún piensas que no te estás debilitando? —la provoqué.

Isis repitió su movimiento, sin éxito. Su rostro era una mezcla de enojo y confusión, pero entonces levantó la vista y encontró mi punto más débil.

Desapareció y reapareció frente a Joham. Bastó tomarlo del cuello para que mi forestniano volviera a gritar de dolor y a mí se me rompiera el corazón.

—¡Basta! —grité con todas mis fuerzas.

Isis se detuvo y me miró, retadora.

—Ríndete.

Ante mi falta de respuesta, Joham comenzó a gritar de nuevo. Eso me hizo enfurecer por completo y sentí como el calor de mi pecho se extendió por todo mi cuerpo.

—¡DIJE QUE BASTA!

Completamente poseída por Arus, mis dos brazos se alzaron y una luz cegadora escapó de ellos, pintando toda la escena de blanco. Bajé mis manos y poco a poco la escena volvió. Las líneas negras habían desaparecido ya que, metros más allá, Enzo estaba noqueado por completo. Joham había caído al suelo junto a la bruja y ambos me miraban sorprendidos.