4. INCIDENTE

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Estaba de regreso en casa y aunque se encontraba en la tranquilidad de su habitación no lograba apaciguar los incesantes latidos de su corazón, todo seguía muy fresco en su memoria tanto que podía cerrar los ojos y revivir aquel momento. Nunca había visto tan de cerca sus ojos y eran mucho más hermosos de lo que podía apreciarse a simple vista, ese brillo en ellos la hizo sentir tan vulnerable y expuesta, era como si hubieran descubierto lo que le pasaba a su corazón y esa sensación no le gustó, aun recordaba cómo empezó todo.

—¡Juguemos a las escondidas Shuri! —dijeron los niños—, solo faltas tu porque Bucky ya nos dijo que si juega.

—Es, Princesa —corrigió la directora.

—Me parece muy bien, pero ¿quién va a contar? ¿les parece si inicio yo?

—¡Si!

—De acuerdo, váyanse a esconder que yo los encontrare, contare hasta cien, tienen todo ese tiempo para esconderse.

—No hagas trampa y espíes —corearon todos.

—Claro que no, me ofenden, inició en ..., uno, dos, tres, cuatro... —siguió contando hasta ya no escuchar los gritos emocionados de todos.

Cuando terminó se dirigió al primer lugar que encontró que podía servir como escondite, fue muy fácil encontrarlos porque se escondían juntos, así que relativamente su turno terminó rápido, solo le quedaban por buscar al Sargento y a dos pequeñitos quienes se escondieron junto a él y a los cuales descubrió arriba de un árbol.

—¡Ya vi a los tres!, bajen —dijo ella.

—¡Shuri, nos encontraste!, creímos que nos quedaríamos a vivir en el árbol para siempre si tu no aparecías —dijeron los dos pequeños al estar nuevamente en la tierra.

—¡Claro que no!, soy la mejor buscadora —besando sus mejillas regordetas.

Cuando los cuatro regresaron a la base donde todos los esperaban se encontraron con un ajetreo ya que todos querían contar, pero entre juegos de piedra, papel y tijeras para decidir quién pasaba primero, todos tuvieron su turno; al final solo quedaron el Sargento y una niña, la más pequeña de todos los niños a quien consideraban de "chocolate" por lo que se decidió que a los dos les tocaba contar juntos.

—Sargento, usted contará con Noke y nos buscarán juntos ¿le parece? —preguntó Shuri.

—Si Princesa, escóndete bien porque serás la primera a quien encuentre —dijo el exsoldado sonriéndole coqueto.

—Ya lo veremos, Sargento —respondió ella sonriéndole de vuelta.

—Todos corran a la cuenta de...uno, dos y ¡tres!

Los niños se escondieron en los lugares habituales y Shuri al ser considerada con todos esperó a que terminaran de esconderse para después hacerlo ella, el problema había recaído en que no había encontrado un lugar adecuado hasta que divisó unos arbustos un poquito más alejados que daban al bosque, precisamente, no vio ningún peligro en esconderse ahí así que se acomodó entre las ramas y se dedicó a esperar.

Para cuando creyó que el Sargento y Noke habrían terminado de contar se quedó completamente quieta, la oscuridad le ayudaba en su escondite, pasó un rato y nada, escuchaba como los gritos de los niños delataban que los habían encontrado, pasó un rato más y las piernas empezaron a hormiguearle, pero no se movió, no quería ser descubierta, hasta que escucho la voz de Noke llamándola.

—¡Shuri! ¿estás ahí? —silencio—, ¿ves Bucky? aquí no hay nadie —oyó decir a pequeña, como si fuera obvio que, por preguntar, ella respondería.

SHURI AND THE WHITE WOLF - EN EDICIÓN (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora