SHURI AND THE WHITE WOLF - EN EDICIÓN (COMPLETA)

10. EL PLAN

*** Antes de que empiecen a leer, debo decir que en algún punto del capítulo se aclarara la orientación sexual de algunos personajes y si este tema no es de su agrado es mejor que no lean, aunque mi instinto me dice que aquí todos respetamos y no tenemos prejuicios, ahora si pueden empezar ***

Como cada mañana al despertar, lo primero en lo que pensaba era en su hermosa sonrisa, escuchar su dulce voz alegraba sus días, su partida había sucedido ya hace tiempo. Al principio el Sargento creyó no resistir estar lejos de ella, pero, gracias a que hablaban seguido le era más fácil sobrellevar su ausencia.

Todas las noches soñaba con ella, con sus hermosos ojos, su tersa piel, su cabello y su delicada figura, no había mujer que se le comparara, algunas veces se descubría buscándola entre la multitud, para después recordar lo lejos que se encontraba.

Había aprendido a hacer video llamadas solo con el fin de poder verla, aun recordaba la primera vez que se vieron por la pantalla después de tanto tiempo, se veía hermosa, cualquiera creería que podría manejar la situación, pero, al estar tan nervioso desconecto el ordenador por error y logro interrumpir la llamada, se sintió tan tonto, aun se reía al recordarlo.

Al hablar por videollamada descubrió muchas cosas de su vida en la torre, ella siempre se paseaba por los pasillos mientras hablaban y el verla desenvolverse tan naturalmente lo hizo sentirse nostálgico, la niña tímida que antes era parecía haber desaparecido, ahora le resultaba atractiva en sobremanera y eso últimamente le había traído muchos problemas, en especial en las noches, al estar solo en su habitación.

Muchas veces había soñado, con besar esos hermosos labios ahora rojos, con acariciar su suave piel y con poder abrazarla fuertemente, era después de todo, un hombre de ahora 30 años, en la plenitud de su vida, y había pasado mucho tiempo desde la última vez que había yacido con una mujer, no es que no tuviera oportunidad, pero, no se lo permitía ya que consideraba que era una falta a su amor por ella. Últimamente ese tema lo tenía perdiendo horas de sueño, sabía que tal vez nunca podría estar con ella y no podía seguir así.

Desde hacía unas semanas se había estado viendo con Dyol por las tardes, la joven era muy guapa, y era agradable hablar con ella, era atractiva sí, pero no despertaba nada más que eso en él, a veces pensaba que, tal vez si salía con ella podría iniciar de nuevo, tener a alguien a tu lado era mucho mejor que solo vivir con un amor no correspondido, pero, no sabía si era correcto, así que ya que hoy Steve lo visitaría después de su misión, le preguntaría, quería saber que pensaba él.

Decidió ponerse en marcha hacia su trabajo*1, gracias al señor Mbuji había conseguido su trabajo actual, el hombre dio buenas referencias de él y fue fácilmente contratado, así después de trabajar un tiempo, había logrado hacerse de la confianza de su nuevo jefe el señor Barkum y gracias a su esfuerzo y dedicación ahora era el encargado. Ese había sido un gran paso para él, ahora tenía una vida más cómoda, lo que le permitía tener más tiempo libre.

A paso lento camino por las calles de Wakanda, el sol ya había salido, y los rayos iluminaban el castillo, volteo entonces hacia la estatua de Bast, tenía tiempo que no iba allá, ya que los recuerdos le pesaban en el corazón, evitaba los lugares en los que había estado alguna vez con la Princesa, por su propio bien.

Ella ahora tenía otra vida y él no creía encajar en ella, se había enterado, que pasaba mucho tiempo con Peter, al muchacho de Queens que se encontraba como pasante de Stark lo recordaba vagamente, solo que como su alter de Spider Man, sabia por su propia mano, que el chico era fuerte*2 y que podría protegerla si algo le sucediera, y parecía que se llevaban muy bien, por fin ella había encontrado a alguien de su edad, que la hacía reír y la entendía, tal vez Peter era quien debía estar a su lado y no un viejo como él.