23.1 AYUDA

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Después de que el Quinjet que se la llevó lejos desapareció de su vista, Bucky se quedó contemplando el cielo, el "Si" aun resonaba en sus oídos, el viento le provocaba un agradable cosquilleo, su corazón latía desenfrenado, ella había aceptado, su Princesa deseaba casarse con él, ser su esposa, tenía tantas ganas de gritar, solo gritar cual chiquillo por la emoción, por el amor que sentía, pero se contuvo, si tan solo hubiera sabido que dentro del Quinjet Shuri había asustado a George por el grito que había pegado habría hecho lo mismo, en cambio llevó la bufanda que tenía entre sus manos hacia su nariz y aspiró el aroma, si, el olor a vainilla y fresas aún seguía ahí, sonrió; no sabía cuánto tiempo había estado parado solo mirando como bobo a la nada, pero cuando el frio caló sus huesos fue que decidió que era momento de entrar a la torre, no esperó que al voltear con dirección al ascensor vería a todos aun en sus lugares mirándolo con sonrisas socarronas.

—Vaya, vaya, así que el anciano numero dos por fin decidió actuar —dijo Tony.

—Vaya forma de proponerte James —dijo Bruce—. Bien escondido lo tenías —acomodando sus lentes mientras le sonreía.

—¿Desde cuándo estaban saliendo ustedes dos? —preguntó la castaña como no sabiendo la respuesta.

—Vamos Wanda, todos sabemos desde cuándo, la pregunta aquí es ¿cuándo pensaban decirnos? —contestó Natasha.

—Deberíamos estar muy ofendidos de que creyeran que éramos tan tontos para no darnos cuenta de las miraditas que se daban —volvió a hablar el genio.

Bucky se sorprendió por todo lo que los miembros de la torre decían, tal parecía que su plan de mantenerlo en secreto no había sido para nada productivo, rio, y ellos que creían que habían sido precavidos.

—Pido disculpas a todos por nuestro comportamiento, solo queríamos mantenerlo así —pasando su mano por su nuca—, pensábamos decirlo en cuanto Shuri cumpliera la mayoría de edad, pero las cosas no resultaron como se suponía habían sido planeadas.

—Para nada, gritaste "Cásate conmigo" tan fuerte que todo Manhattan te escuchó —dijo Clint con una sonrisa, provocando la risa de todos y el sonrojo del Sargento.

—Y ahí va la otra y contesta "Si" como si no hubiera un mañana —dijo Peter, fingiendo la voz de su amiga mientras pestañeaba rápidamente, causando nuevamente la risa de todos.

—Bueno, ¿y cuando piensas decirle al rey T'challa que te casaras con su adorada hermana? —preguntó Sam intrigado, provocando que todos los presentes voltearan a ver al exsoldado.

—Oigan, será mejor que sigamos esta conversación dentro, pronto empezara a hacer más frio, no quiero que se enfermen —dijo Steve.

—Si Capitán —contestaron todos al unisonó, provocando que el rubio negara con una sonrisa.

Todos entraron, y como el rubio dijo, se siguió la conversación, pero en la sala y ahora todos se encontraban sentados escuchando la historia del Sargento.

—Y pensábamos decirle el mismo día de su cumpleaños, pues él amenazó con arrancarme la cabeza si tocaba a su hermana antes de tiempo —terminó con una sonrisa nerviosa.

—¿Y la has tocado? —preguntó el filántropo para molestarlo, aunque ya sabía la respuesta, pues no recordaba haber tenido esa interesantísima conversación con Shuri, esa que necesitaría de palomitas.

—Tony...—advirtió su ahora esposo.

—¿Qué?, todos somos adultos aquí, no es nada que alguno no pueda escuchar, bueno a excepción del Niño —mirando a Peter con una sonrisa maliciosa, quien para defenderse dijo:

SHURI AND THE WHITE WOLF - EN EDICIÓN (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora