20. SORPRESAS

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Se encontraba de camino al jardín y mientras lo hacía miró su vestido, llevaba uno de los que Thor le había regalado y fue Eyla la que le aconsejó usarlo para ese día, alegando que como seria el ultimo día que pasaría en Asgard y que había sido invitada por el Rey a merendar debía usarlo como un gesto de gratitud y ella le creyó apropiado.

El Dios del Trueno lo había invitado esa mañana frente a todos los invitados mientras desayunaban y ella aunque algo extrañada por la proposición, la aceptó con una sonrisa, todos la miraron con una sonrisa ladina después de eso, como si quisieran decir algo que tenían en la punta de la lengua pero que se reusaban a mencionar, lo que la llevaba a preguntarse qué había de raro con ella, ¿Acaso tenía algo en la cara?, miró a Peter quien solo le sonrió con burla y después volvió su vista hacia su novio pero este solo le había regalado una sonrisa y vuelto a su plática con el Capitán.

Miró su reflejo en el espejo, se veía preciosa, o eso le había dicho Eyla al terminar con su arreglo hacía unos minutos, su largo cabello ahora tenía pequeñas flores como adorno que formaban una diadema y el vestido tenía unos bellos volantes, si, debía admitir que se veía bonita, todos los Asgardianos que la veían al pasar le sonreían con alegría y cuchicheaban al alejarse, cosa que consideraba raro pero que decidía ignorar.

Cuando estaba por llegar al jardín y antes de entrar, se encontró con el Dios pelinegro que iba saliendo del lugar, al reparar en su rostro notó que este estaba molesto, eso era más raro que los cuchicheos sobre su persona, nunca lo había visto poner esa cara; al estar frente a frente le sonrío y alzó su mano como saludo, pero él pasó olímpicamente de ella dejándola con las palabras en los labios, ¿Qué le habría pasado para estar tan molestó?, tal vez alguien le había hecho algo y considerando el lugar de donde acababa de salir era probable que el Dios rubio fuera el responsable; pero por más que quisiera no debía meterse entre la pelea de los hermanos, ellos solos debían arreglar sus diferencias.

Entró y rápidamente se dirigió al lugar del encuentro, al acercarse pudo ver a su amigo, quien miraba unas hermosas flores blancas con botones verdes, se le veía afligido, pero al notar su presencia cambió completamente su semblante dedicándole una gran sonrisa.

—¡Reina Mia, te vez hermosa! —mientras tomaba su mano para darle la vuelta y poder apreciarla mejor.

—Gracias Thor, me gustaría llevarme el crédito, pero Eyla hizo todo el trabajo —sonriendo mientras giraba.

—Toma asiento por favor —mientras jalaba la silla para que ella se sentara.

—Gracias.

—¿Quieres algo de beber? —preguntó con una sonrisa.

—Si, por favor —levantando su copa—, ¿Has resuelto el problema que tenías con las naves?

—Si, todo ha vuelto a funcionar como debería, Asgard por fin a alcanzado todo su potencial, por fin podre descansar un poco.

—Me alegra oír eso, este lugar es fantástico, me gustaría quedarme más tiempo, es una lástima que debamos irnos esta noche.

—Podrías quedarte —tomando su mano y sonriéndole.

—Me encantaría, pero debo volver, aún tengo el proyecto con el Sr. Stark y el Dr. Banner, no puedo abandonarlo —formando una pequeña mueca en sus labios.

—Y cuándo termines con ello, ¿Qué harás? —examinando el terreno.

—No lo he pensado —poniendo la mano en su mentón, mirando hacia el mármol de la mesa—. Tengo deberes en Wakanda, pero no quiero volver no sabiendo qu... —no pudo terminar porque sintió un nudo en su garganta—, es complicado—mostrando su sonrisa.

SHURI AND THE WHITE WOLF - EN EDICIÓN (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora