24.1 ROTOS

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-Eres un idiota -dijo la morena para después besarlo con todo el amor que tenía para darle.

Si tan solo eso hubiera pasado, si ella hubiera dicho esas palabras y lo hubiera besado, si él hubiera dicho lo que su mente pensaba ahora no estarían en esa situación, pero no había otra manera, él desde un principio supo que el que ella correspondiera a sus sentimientos era como un sueño, uno del que debía despertar antes de caer por completo, y al parecer ese era el momento de ponerle fin, siempre tuvo presente desde que se enamoró de su Princesa, que ella podría conseguir a alguien mucho mejor que él, alguien que estuviera a su altura y aunque sabía que nunca nadie la amaría como él, al menos no tendría que separarla de su familia, no podía hacer eso y menos sabiendo las responsabilidades que ahora ella cargaba, y aunque deseaba con todas sus fuerzas poder cargar con la mitad, no podía, su madre había sido muy clara, nunca les daría su bendición, en la nota que el guardia le había hecho llegar estaba más que claro, ¿Cómo se había enterado la Reina Madre de su relación?, no lo sabía, pero al parecer la mujer no planeaba dejar que ellos siguieran juntos, no cuando ya tenía al candidato perfecto para ser el nuevo Rey de Wakanda, y no estaba seguro de poder competir contra él, no cuando este tenía todo a su favor y él no.

Apretó los puños mientras bajaba la vista, no quería mirarla, no cuando sus bellos ojos café lo miraban suplicantes, no cuando temía que ella creyera que lo que le diría no era más que una vil mentira, si, tenía que romperle por completo el corazón, enterrar profundamente sus esperanzas de una vida juntos, aunque eso los destrozara a ambos, pero esas eran las instrucciones específicas que había recibido y si quería seguir a su lado debía cumplirlas, solo esperaba que su Pequeña entendiera lo que estaba por hacer, tomó aire, la miró fijamente y dijo:

-No te amo, nunca lo hice, ¿de verdad creíste que lo hacía?, para mí no fuiste más que un pasatiempo, creí que te darías cuenta de que esto era solo un juego, pero ahora ya lo sabes y no hay más razones para fingir, dejemos esta farsa de una buena vez, ya estoy cansado de ti -sintiendo como si tuviera un hierro ardiente en la garganta al ver las lágrimas saliendo de sus ojos.

-No es cierto, dime que no es cierto, ¿por qué esperaste hasta este momento para decírmelo? ¿querías que yo me enamorara de ti para después dejarme? ¿qué ganabas con todo esto? -preguntó sintiendo su corazón desquebrajarse a cada segundo, no pudiendo evitar los espasmos que la invadían.

-Es verdad, nunca te amé, tal vez en algún momento te quise, pero nunca has sido más que una niña molesta para mí -pronunciando cada palabra con gran dificultad, cada segundo que pasaba sin poder evitar el llanto de su amada era una tortura, pero ya había empezado y no podía retractarse.

Gruesas lagrimas salían de sus ojos, no podía creer nada de lo que el castaño estaba diciendo, ni una sola palabra, pero si era verdad lo que decía entonces solo había una cosa por hacer, rápidamente secó sus lágrimas y lo miró fijamente.

-Está bien, si eso es lo que quieres, te dejaré en paz, no tenemos por qué seguir, solo tenías que decírmelo directamente -mientras dirigía sus manos hacia su cuello-. Ten -quitándose las placas que tenían su promesa grabada-, te las devuelvo, desde este momento ya no tenemos más una relación, eres libre de mi -sintiendo su alma replicar al su mano hacer contacto con la de él.

-No necesito esas cosas -retirando su mano, no podía tomarlas-, nunca significaron nada para mí, puedes quedártelas -sintiendo unas enormes ganas de abrazarla al ver en sus pupilas cafés la vergüenza por la que la estaba haciendo pasar.

-Bien -apretando fuertemente las placas-. Te odio y espero que después de irte, nunca vuelva a verte en mi vida -dijo para salir corriendo.

Corría lo más rápido que sus piernas le daban, su pecho le dolía como nunca, la sensación era insoportable, sentía que moriría, todo debía ser una cruel broma del destino, se sentía tan humillada, su amor había sido pisoteado, ¿Por qué tenía que pasarle eso?¿acaso todo lo que creyó haber visto en sus orbes azules fue producto de su ilusión por sentirse amada?, no, no podía ser, debía ser un error, el Bucky que conocía jamás sería capaz de hacerle algo así.

SHURI AND THE WHITE WOLF - EN EDICIÓN (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora