Toda la noche estuvo pensando en las palabras del Sargento, era verdad lo que él le había dicho, pero aún no se daba por vencida, le pediría que la acompañara a New York, aunque casi podía jurar saber cuál sería su respuesta y se temía que no era muy positiva.
Estaba esperando a que llegara la hora de ir al laboratorio para poner en marcha el plan A, en caso de que este no funcionara, como sospechaba, apelaría al plan B y así sucesivamente hasta lograr su objetivo, rogaba que el Sargento aceptara, además de que contaba con que al darle la noticia que tenía, le ayudara un poco.
Al dar cuarto para la hora acordada ella tomo sus cosas y se dirigió al laboratorio, decidió esperar a su llegada, pero al pasar los minutos se empezó a poner nerviosa y su corazón empezó a latir fuertemente, tanto que podía jurar que se escuchaba por toda la habitación.
La puerta de cristal se abrió dando paso al Sargento y con ello a una pequeña maseta de flores amarillas, al verse, sus corazones latieron como locos, sus ojos no podían mirar nada que no fueran los del otro, el Sargento fue el primero en romper el silencio.
- Buenos días Princesa - dijo acercándose a ella - las vi de camino aquí y me acorde de ti, tómalas por favor- termino extendiéndole la maseta
- Gracias Sargento, son muy bonitas - dijo ella con las mejillas teñidas, tomando las flores y rosando sus dedos con los de él en el acto, lo cual le provoco una descarga y la hizo ponerse nerviosa
- No es nada - dijo dándole un beso en la mano y sonriéndole dulcemente.
Debía tranquilizarse, parecía que ella era la única en el cuarto con el corazón acelerado, el Sargento era el mismo de siempre y eso la hacia recriminarse por estar tan nerviosa sin razón alguna, decidió empezar la conversación diciéndole la buena nueva que tenía para él, después de poner las flores en el ventanal y tomar unos papeles de su escritorio por fin entro en materia
- Sargento, lo cite aquí hoy porque tengo una buena noticia que darle - dijo ella con una sonrisa
- De que se trata pequeña - dijo él curioso mirando los papeles
- Tenga - dijo extendiéndole el folder, él empezó a leer y a medida que avanzaba con la lectura ella podía notar la sorpresa en su cara y cuando alzo la vista para mirarla, ella respondió incluso antes de que él preguntara - Si.
- No lo puedo creer, de verdad? - decía él no dando crédito a lo que ella le dijo
- Si, queda usted oficialmente dado de alta, su tratamiento a finalizado exitosamente - dijo ella con una sonrisa y mirándolo de forma animada
- Esto es fantástico! - dijo él, estaba muy feliz, podía ser un hombre normal de nuevo, sin temor a caer en su lado oscuro - Gracias, Gracias, Gracias! - dijo mientras la tomaba de la cintura y la giraba por los aires riendo de felicidad lo cual hizo que ella también empezara a reír
Estaba tan gradecido, ella no tenía ni idea, No dudo al depositarla en el suelo, en abrazarla fuertemente, tanto que creyó que la asfixiaría, ella se conmovió con el abrazo que le estaba dando, sabia lo importante que era para él, el volver a la normalidad.
Sintió todo su cuerpo pegado al de ella, como el día en que jugaron a las escondidas, y no pudo evitar atraerla un poco más hacia sí, no quería perderla y sabía que tal vez nunca tendría otra oportunidad de estar así con ella en el futuro, así que decidió hacer lo que su corazón en ese momento le pedía, aspiro su aroma y le susurro:
- Gracias, Shuri - ella se sentía tan bien en sus brazos que, instintivamente también lo abrazo al sentir como él la juntaba más a su cuerpo y le dijo:
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SHURI AND THE WHITE WOLF - EN EDICIÓN (COMPLETA)
FanficA veces nos encontramos a nuestra alma gemela en la persona que menos imaginamos. Ella es una princesa genio y el un ex soldado asesino de la segunda guerra mundial. Ambos vivirán nuevas experiencias en compañía del otro haciendo que sus corazones...